En una caricatura fechada en el año 2007, el dibujante Michael Ramirez realizó en cuatro trazos el perfecto retrato del habitual atuendo de algunas celebrities hollywoodienses. Para Ramirez, la mayoría de figuras bien establecidas en el sistema protestaban contra el mismo con porte casual, camisetas del Che y Mao y gafas de sol a lo Kim Jong-Il. Bajo cada una de las prendas, Ramirez colocaba estratégicamente el número de víctimas que cada dictador ha causado en su país de origen.
"Bufanda de la Unión Soviética: más de 40 millones de muertes"; "camiseta del Che: 400 ejecuciones en La Cabaña"; "pantalones de Castro: 110.000 muertos", eran algunos de los ejemplos de la figura.
La visión de Ramirez, autor dos veces ganador del Pulitzer, lejos de perder significado, gana todo su sentido comparada con la instantánea de un ‘indignado’ italiano en plenos disturbios del sábado en Roma. El sujeto, de pie frente a un coche ardiendo con una postura entre amanerada y accidental, parece ir ataviado con muchas de las prendas caras que retrató Ramirez unos años antes.
Pero el asunto sigue coleando. En su viñeta del 10 de octubre de este año, Ramirez volvió a retratar a un ‘indignado’, pero esta vez de los convocantes de las minoritarias acampadas antisistema en Wall Street. La figura de este nuevo antisistema, para Ramirez, protesta contra la "avaricia corporativa", pero lleva pantalones Doce & Gabbana, una camiseta de Coca Cola, una gorra Nike, porta un iPhone y comida para llevar de McDonald’s.
Ramirez, nacido en Tokyo y educado en la Universidad de California, ha ganado dos veces el premio Pulitzer (1994 y 2008) por su labor gráfica, entre otros muchos galardones. Desde un punto de vista habitualmente conservador, Ramirez se ha hecho famoso gracias a sus ácidas y lúcidas reflexiones en publicaciones como The New York Times, The Washington Post, Time, US News... También contribuye períodicamente a USA Today y The Weekly Standard.