Mariano Rajoy estaba convencido de la mayoría absoluta en Andalucía que no llegó; creía que los resultados electorales iban a ser un espaldarazo a su plan de reformas. En el Ejecutivo admitían, antes de los resultados, que pinchar en Andalucía -y con ello se entiende no sacar mayoría absoluta- sería empezar "bastante mal" una semana decisiva.
El jueves, Rajoy se enfrenta a una huelga general por su primer plan de recortes. Un resultado negativo en las urnas podría tener una incidencia en la participación de la protesta, según interpretan. Un día después, el viernes, el Consejo de Ministros dará luz verde a las cuentas públicas, que traerán un nuevo paquete de ajustes. El "tijeretazo", acuñó un miembro del Gobierno. Si Arenas no lo consigue, como así ha ocurrido, "el PSOE lo va a vender como un fracaso de Rajoy y de sus políticas", comenta un cargo popular.
Lo que sí que dejan claro en Moncloa, al menos así lo aseguraban antes de la sorpresa electoral, es que a Rajoy no le temblará el pulso y seguirá con la senda marcada. Según un ministro del área económica, en conversación informal, “seguiremos con las reformas necesarias”.
“Somos cumplidores. Nos han votado por un objetivo, que es sacar a España de la crisis. No vamos a ponernos nerviosos nada más empezar. Pase lo que pase el 25-M, los Presupuestos estarán a la altura de las circunstancias”, añadió este miembro del Ejecutivo, muy implicado en la redacción de las cuentas.

