L. D.
Según el diario
El Mundo
en los atentados cometidos por ETA en los últimos meses del año pasado, los terroristas utilizaron grandes cantidades de dinamita, precisamente con el fin de contrarrestar la pérdida de potencia de sus explosivos a causa del deterioro en el que se encontraban.
La venta de este explosivo por parte de ETA a Hamas se produjo en el marco de los contactos que estos grupos terroristas mantienen en el mercado internacional de armas para conseguir precios más ventajosos. Por esas mismas fechas, una delegación de Hamas visitó el País Vasco, invitada por EH.
Tras la ruptura de la tregua, la nueva dirección de ETA tuvo que recomponer los canales de abastecimiento a los que tradicionalmente había recurrido, que se habían dispersado durante los 14 meses de alto el fuego. Para ello, la nueva dirección de la banda terrorista entró en contacto con un traficante de armas belga que habitualmente suministraba a la organización terrorista, con el fin de adquirir material y reponer las armas de las que se incautó la policía con la detención de los diferentes comandos. Pero el traficante belga no pudo satisfacer las demandas de ETA con la celeridad exigida, y remitió a los etarras a otros colegas que operan en El Líbano y Oriente Medio.
La venta de este explosivo por parte de ETA a Hamas se produjo en el marco de los contactos que estos grupos terroristas mantienen en el mercado internacional de armas para conseguir precios más ventajosos. Por esas mismas fechas, una delegación de Hamas visitó el País Vasco, invitada por EH.
Tras la ruptura de la tregua, la nueva dirección de ETA tuvo que recomponer los canales de abastecimiento a los que tradicionalmente había recurrido, que se habían dispersado durante los 14 meses de alto el fuego. Para ello, la nueva dirección de la banda terrorista entró en contacto con un traficante de armas belga que habitualmente suministraba a la organización terrorista, con el fin de adquirir material y reponer las armas de las que se incautó la policía con la detención de los diferentes comandos. Pero el traficante belga no pudo satisfacer las demandas de ETA con la celeridad exigida, y remitió a los etarras a otros colegas que operan en El Líbano y Oriente Medio.
