(Libertad Digital)
Ante la disminución de las expectativas electorales del Partido Popular, que se plasmó con la última encuesta del CIS, hecha pública la semana pasada, y como consecuencia de la aparición de las primeras críticas internas acerca de la postura del Ejecutivo ante la crisis de Irak, el presidente del Gobierno decidió convocar a la Junta Directiva del PP para este lunes. En algunos círculos del Partido Popular se interpretó como un intento de "cerrar filas", ante las críticas internas como consecuencia de la mala comunicación –tanto del Gobierno como del partido– sobre la justificación de la posición del Gobierno ante la crisis iraquí.
En efecto, así ha sido. José María Aznar ha pronunciado un discurso muy sólido, en el que ha repetido los conceptos básicos de la posición oficial del Gobierno ante la crisis de Irak: Sadam Husein es un peligro para la humanidad, los países que defienden la libertad deben trabajar juntos frente a dictadores criminales como el iraquí, las naciones víctimas del terror han de aliarse frente a las amenazas, el Consejo de Seguridad de la ONU tendrá la última palabra y España, EEUU y el Reino Unido trabajan para que la decisión salga de su seno, no se puede permitir que Sadam Husein se salte la legalidad internacional, etc.
Pero Aznar ha dedicado la parte más contundente de su discurso a criticar a la oposición, concretamente al PSOE, del que ha dicho que "nunca nos han perdonado" la victoria en las urnas de 1996 y que aspiran a volver al poder usando atajos. Según el presidente, el Ejecutivo actúa por responsabilidad y "España no puede quedarse sentada en un rincón de la Historia". Aznar cree que el PSOE ha decidido jugar a "desestabilizar, socavar la confianza en el Gobierno, destruir y no construir", porque "sólo le importan los votos, la ambición desmedida y el ansia de volver al poder a cualquier precio".
Con respecto a la votación secreta promovida por todos los grupos parlamentarios, excepto el Grupo Popular, en el Congreso, Aznar ha dicho que sabe perfectamente que todos los diputados del PP votarán en la misma dirección, de modo que no le darán oportunidad a los socialistas para abrir fisuras en el seno del partido que sustenta al Gobierno. En concreto, Aznar dijo no tener ninguna duda de la "talla moral" y la responsabilidad de los diputados del PP, que no están dispuestos a cambiar "seguridad y convicciones por votos" frente a un PSOE que juega a la deslealtad y es "comparsa del Partido Comunista".
La dirección del grupo popular en el Congreso espera contar con sus 183 diputados en las votaciones. Fuentes del PP en la Cámara Baja informaron a EFE de esa previsión, que incluye la presencia del presidente del Gobierno, y de todos los ministros que tienen el acta de diputado. La Junta de Portavoces de la Cámara decidirá el martes si el debate de las dos proposiciones no de ley, del PP, por un lado, y del resto de los grupos, por otro, así como de la moción de IU se lleva a cabo conjuntamente, aunque, en cualquier caso, habrá tres votaciones separadas. En el PSOE estará hasta Felipe González.
La Junta Directiva Nacional del PP que se ha celebrado este lunes es el más alto órgano de decisión del partido entre congresos, está compuesto por cerca de 600 miembros y se reúne al menos una vez cada cuatro meses. La última reunión de este órgano tuvo lugar el pasado 3 de febrero. Justo un mes después, los directivos populares han vuelto a encontrarse en Génova 13.
En efecto, así ha sido. José María Aznar ha pronunciado un discurso muy sólido, en el que ha repetido los conceptos básicos de la posición oficial del Gobierno ante la crisis de Irak: Sadam Husein es un peligro para la humanidad, los países que defienden la libertad deben trabajar juntos frente a dictadores criminales como el iraquí, las naciones víctimas del terror han de aliarse frente a las amenazas, el Consejo de Seguridad de la ONU tendrá la última palabra y España, EEUU y el Reino Unido trabajan para que la decisión salga de su seno, no se puede permitir que Sadam Husein se salte la legalidad internacional, etc.
Pero Aznar ha dedicado la parte más contundente de su discurso a criticar a la oposición, concretamente al PSOE, del que ha dicho que "nunca nos han perdonado" la victoria en las urnas de 1996 y que aspiran a volver al poder usando atajos. Según el presidente, el Ejecutivo actúa por responsabilidad y "España no puede quedarse sentada en un rincón de la Historia". Aznar cree que el PSOE ha decidido jugar a "desestabilizar, socavar la confianza en el Gobierno, destruir y no construir", porque "sólo le importan los votos, la ambición desmedida y el ansia de volver al poder a cualquier precio".
Con respecto a la votación secreta promovida por todos los grupos parlamentarios, excepto el Grupo Popular, en el Congreso, Aznar ha dicho que sabe perfectamente que todos los diputados del PP votarán en la misma dirección, de modo que no le darán oportunidad a los socialistas para abrir fisuras en el seno del partido que sustenta al Gobierno. En concreto, Aznar dijo no tener ninguna duda de la "talla moral" y la responsabilidad de los diputados del PP, que no están dispuestos a cambiar "seguridad y convicciones por votos" frente a un PSOE que juega a la deslealtad y es "comparsa del Partido Comunista".
La dirección del grupo popular en el Congreso espera contar con sus 183 diputados en las votaciones. Fuentes del PP en la Cámara Baja informaron a EFE de esa previsión, que incluye la presencia del presidente del Gobierno, y de todos los ministros que tienen el acta de diputado. La Junta de Portavoces de la Cámara decidirá el martes si el debate de las dos proposiciones no de ley, del PP, por un lado, y del resto de los grupos, por otro, así como de la moción de IU se lleva a cabo conjuntamente, aunque, en cualquier caso, habrá tres votaciones separadas. En el PSOE estará hasta Felipe González.
La Junta Directiva Nacional del PP que se ha celebrado este lunes es el más alto órgano de decisión del partido entre congresos, está compuesto por cerca de 600 miembros y se reúne al menos una vez cada cuatro meses. La última reunión de este órgano tuvo lugar el pasado 3 de febrero. Justo un mes después, los directivos populares han vuelto a encontrarse en Génova 13.