L D (Agencias)
El Congreso ya fijó una posición en el debate celebrado dos semanas atrás, cuando se aprobó la resolución que recogía las conclusiones del Consejo Europeo celebrado un día antes en Bruselas, pero hoy lo volverá a hacer de forma secreta después de que todos los grupos de la oposición lo solicitaran de este modo. Esta estrategia de la oposición, planteada la semana pasada, pretendía romper la llamada disciplina de voto del Grupo Popular en el Congreso, facilitándole una vía alternativa a aquellos diputados populares que, al parecer, en privado, manifestaban su contrariedad ante la posición del Gobierno sobre la crisis de Irak.
Curiosamente, esta estratagema parlamentaria se había planteado en secreto y Jesús Caldera, portavoz del PSOE en el Congreso, hubiera sido el encargado de solicitar la votación secreta horas antes de que se celebrara el Pleno, de modo que el Grupo Popular apenas tuviera tiempo para reaccionar y pedir a sus 183 diputados que mantuvieran la disciplina de voto. Sin embargo, según ha revelado Iñaki Anasagasti, portavoz del PNV, en declaraciones a Radio Euskadi, el portavoz de Izquierda Unida en el Congreso, Felipe Alcaraz, pecó de indiscreción y rompió “la operación”, al contárselo a los medios de comunicación. “Es como los niños pequeños, que no aguanta un secreto”, dijo Anasagasti.
Según el portavoz nacionalista, al menos seis diputados del Partido Popular podrían romper la disciplina de voto y “votar contra el Gobierno”. Anasagasti dijo tener constancia “con nombres y apellidos” de la existencia de dichos diputados y les pidió “que muestren todas esas cosas que nos dicen por lo bajo, de que Aznar nos va a llevar a la ruina o vamos a perder las elecciones por este empecinamiento del presidente del Gobierno ” en apoyo a las tesis de Estados Unidos. El portavoz del PNV en el Congreso recordó que, a pesar de que el Partido Popular entregará a sus diputados la papeleta para la votación secreta, “hay subterfugios para votar en blanco u otra cosa”.
La dirección del grupo popular en el Congreso espera contar con sus 183 diputados en las votaciones. Fuentes del PP en la Cámara Baja informaron a EFE de esa previsión, que incluye la presencia del presidente del Gobierno y de todos los ministros que tienen el acta de diputado. Por su parte, el presidente del Gobierno, José María Aznar, pronunció este lunes un discurso ante la Junta Directiva Nacional del PP donde dijo no tener ninguna duda de la “talla moral” y la responsabilidad de los diputados del PP, que no están dispuestos a cambiar “seguridad y convicciones por votos” frente a un PSOE que juega a la deslealtad y es “comparsa del Partido Comunista”.
Aznar dedicó la parte más contundente de su discurso a criticar a la oposición, concretamente al PSOE, del que dijo que “nunca nos han perdonado” la victoria en las urnas de 1996 y que aspiran a volver al poder usando atajos. Según el presidente, el Ejecutivo actúa por responsabilidad y “España no puede quedarse sentada en un rincón de la Historia”. Aznar cree que el PSOE ha decidido jugar a “desestabilizar, socavar la confianza en el Gobierno, destruir y no construir”, porque “sólo le importan los votos, la ambición desmedida y el ansia de volver al poder a cualquier precio”.
Curiosamente, esta estratagema parlamentaria se había planteado en secreto y Jesús Caldera, portavoz del PSOE en el Congreso, hubiera sido el encargado de solicitar la votación secreta horas antes de que se celebrara el Pleno, de modo que el Grupo Popular apenas tuviera tiempo para reaccionar y pedir a sus 183 diputados que mantuvieran la disciplina de voto. Sin embargo, según ha revelado Iñaki Anasagasti, portavoz del PNV, en declaraciones a Radio Euskadi, el portavoz de Izquierda Unida en el Congreso, Felipe Alcaraz, pecó de indiscreción y rompió “la operación”, al contárselo a los medios de comunicación. “Es como los niños pequeños, que no aguanta un secreto”, dijo Anasagasti.
Según el portavoz nacionalista, al menos seis diputados del Partido Popular podrían romper la disciplina de voto y “votar contra el Gobierno”. Anasagasti dijo tener constancia “con nombres y apellidos” de la existencia de dichos diputados y les pidió “que muestren todas esas cosas que nos dicen por lo bajo, de que Aznar nos va a llevar a la ruina o vamos a perder las elecciones por este empecinamiento del presidente del Gobierno ” en apoyo a las tesis de Estados Unidos. El portavoz del PNV en el Congreso recordó que, a pesar de que el Partido Popular entregará a sus diputados la papeleta para la votación secreta, “hay subterfugios para votar en blanco u otra cosa”.
La dirección del grupo popular en el Congreso espera contar con sus 183 diputados en las votaciones. Fuentes del PP en la Cámara Baja informaron a EFE de esa previsión, que incluye la presencia del presidente del Gobierno y de todos los ministros que tienen el acta de diputado. Por su parte, el presidente del Gobierno, José María Aznar, pronunció este lunes un discurso ante la Junta Directiva Nacional del PP donde dijo no tener ninguna duda de la “talla moral” y la responsabilidad de los diputados del PP, que no están dispuestos a cambiar “seguridad y convicciones por votos” frente a un PSOE que juega a la deslealtad y es “comparsa del Partido Comunista”.
Aznar dedicó la parte más contundente de su discurso a criticar a la oposición, concretamente al PSOE, del que dijo que “nunca nos han perdonado” la victoria en las urnas de 1996 y que aspiran a volver al poder usando atajos. Según el presidente, el Ejecutivo actúa por responsabilidad y “España no puede quedarse sentada en un rincón de la Historia”. Aznar cree que el PSOE ha decidido jugar a “desestabilizar, socavar la confianza en el Gobierno, destruir y no construir”, porque “sólo le importan los votos, la ambición desmedida y el ansia de volver al poder a cualquier precio”.