
Bermejo insistió en que el ministerio fiscal es un órgano con una "capacidad de autonomía profunda", que será aún mayor cuando se apruebe la reforma de su estatuto. Preguntado por unas recientes declaraciones de Otegi, en las que defendía la legalización de Batasuna-ETA, el ministro de Justicia subrayó que el Ejecutivo "estará a lo que digan los tribunales", no a la "peculiar opinión" del líder de la formación ilegal.
El ministro ha dicho, además, que hará una oferta al PP para la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) "que no podrán rechazar". Sin embargo, no quiso concretar el contenido de esta oferta "que tomará cuerpo" y que será conocida en primer lugar, dijo, por los responsables del PP.
En su intervención ante el grupo parlamentario, Fernández Bermejo señaló que el Gobierno "no ha estado, ni está, ni estará" a favor de la propuesta de IU para modificar las atribuciones del Consejo General del Poder Judicial (CGP) y que sólo pueda adoptar decisiones sobre gestión, y no de trascendencia cuando esté en funciones.
Aunque indicó que es una propuesta "bien intencionada" y que podría ser utilizada en un "tiempo de sosiego", el titular de Justicia explicó que lo que interesa ahora es la transmisión de una "idea de sosiego, de normalidad, que pasa por la aplicación de las leyes en el estado en el que se encuentran". Fernández Bermejo insistió en que "no cejaremos" en el empeño para la renovación del CGPJ y aseguró que seguirán "con el resto de la Cámara al lado" ofertando al PP soluciones para que el órgano de gobierno de los jueces y magistrados "recupere la normalidad democrática de la que hoy carece".
"Vamos a intentar con todas nuestras fuerzas llegar a buen puerto y si otros no quieren deberán responder ante los ciudadanos", especialmente ante los jueces, "de esa actitud omisiva y de oposición a la normalidad", sostuvo. El ministro insistió en que una de sus metas prioritarias es que los tribunales "recuperen el sosiego necesario" para poder cumplir su función y trabajar sin interferencias del resto de los poderes políticos y fácticos, "sean mediáticos, económicos o sociales", cuyas actitudes, dijo, hacen a veces muy difícil el trabajo de los jueces.
El "delirio" del juicio del 11-M
Puso como ejemplo el juicio del 11-M, que en su opinión "es objeto de otro paralelo en los medios que por mucho delirio que pueda tener en lo profundo del discurso, es evidente que afecta al trabajo de estos magistrados, fiscales, abogados". Éstos, agregó, "tienen que enfrentarse al juicio más importante de la historia de este país y merecerían más sosiego y respeto" en un momento en el que "está en juego la propia imparcialidad".
"No se trata ya de deslegitimar instituciones, que es lo que se hace cuando se lanzan en tromba contra decisiones ya tomadas por los tribunales" sino que lo que ahora está en juego "es nada menos que la imparcialidad", señaló. Se refirió por otra parte a la reforma del Estatuto del Ministerio Fiscal y destacó la necesidad de contar con la herramienta necesaria para poder afirmar que en España hay un Ministerio Público con un alto grado de autonomía.
Así, manifestó, el texto de la reforma es "susceptible de muchos aportes" y consideró que el grupo socialista debe "ser generoso" con las enmiendas que se dirijan al fortalecimiento de la autonomía para hacer del Ministerio Fiscal una "institución blindada" frente a los avatares de cualquier Ejecutivo que se avecine.
