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Malestar en el PP por el 'síndrome' de las encuestas y el silencio de Rajoy

En despachos a puerta cerrada o tomando un café con afines. Sólo entonces los populares reconocen su desazón por la política de oposición de Rajoy a pesar de los buenos pronósticos electorales. Critican que el líder esté dando de lado temas capitales como la política antiterrorista o la libertad religiosa.

En despachos a puerta cerrada o tomando un café con afines. Sólo entonces los populares reconocen su desazón por la política de oposición de Rajoy a pesar de los buenos pronósticos electorales. Critican que el líder esté dando de lado temas capitales como la política antiterrorista o la libertad religiosa.

El 'síndrome de las encuestas' se ha instalado con fuerza en el seno del Partido Popular. No hay dirigente de la formación que no las menciones al ser preguntado por la estrategia de su líder. "Los sondeos internos nos dan mayoría absoluta independientemente de la crisis de gobierno", argumenta un convencido marianista.

Es la respuesta previsible: "todos dicen que si seguimos así ganamos seguro, ¿por qué vamos cambiar?", enfatiza un crítico convencido durante la convulsa etapa del congreso de Valencia. Sin embargo, sólo basta rascar un poco para constatar un descontento -hondo en algunos casos- ante cómo se está haciendo frente al Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero.

Un malestar que no se dice a voz en grito en los pasillos de la Cámara Baja, sino tras las protegidas paredes de un despacho o en un café con colegas afines. Y la primera crítica que los populares hacen a su jefe en esas reuniones que últimamente se multiplican es su puesta de perfil en la lucha contra la banda terrorista ETA.

Ponen como ejemplo el juicio de Arnaldo Otegi en la Audiencia Nacional, al que fue a declarar como testigo de su defensa el presidente del PSE, Jesús Eguiguren. "¿Tú has escuchado a Rajoy pronunciarse sobre este asunto? ¿Le has escuchado pedir la dimisión de Eguiguren? ¿Tal vez ha pedido explicaciones a Zapatero por estar al día de lo que Otegi iba a decir en el mitin de Anoeta?", se pregunta un parlamentario conocedor de esta materia, que tarda pocos segundos en responderse: "No. No ha abierto la boca, y estamos hablando de unos de los temas más graves de la historia de España, del compadreo entre el Gobierno y una banda asesina".

En Génova se escudan en que se mantienen vigilantes pero, en voz de un miembro del Comité de Dirección, lo cierto es que el Ministerio del Interior lleva ya una larga temporada sin darles "ningún tipo de información". "¿Qué es estar vigilantes? ¿Vamos a estar callados hasta que Batasuna se vuelva a colar en las instituciones?", remata el citado diputado.

La 'familia católica', también descontenta

El desencanto por el "nulo discurso" de Rajoy en la lucha contra el terrorismo se traslada a otros sectores, como al de la amplísima 'familia católica' de la formación. No entienden como ningún portavoz se ha pronunciado todavía sobre el "atentado contra la libertad" que se está materializando en el Valle de los Caídos, donde el Gobierno ha llegado a impedir que se celebre la Santa Misa.

"Estamos hablando de la libertad, de la libertad de culto y de poder celebrar un acto religioso. Sin embargo, Zapatero lo impide y Rajoy calla porque le dicen que hablar sobre esto no tiene rédito electoral. Es indignante", zanja un mimbro del Comité Ejecutivo Nacional, que hila este asunto con el de la postura del PP sobre el matrimonio homosexual.

Rajoy, hace ahora quince días, dijo en este sentido que no ve "constitucional" el término matrimonio y que por lo cual no se comprometía a mantenerlo aún avalado por el Tribunal Constitucional. Este domingo, Alberto Ruiz Gallardón le corregía: "El PP no puede desde un criterio político establecer algo distinto al criterio jurídico".

"¿Crees que alguien le ha llamado al orden? Por supuesto que no. De hecho, el propio Rajoy considera que se equivocó electoralmente al decir lo que dijo", se quejan las fuentes consultadas.

La estrategia de Rajoy

Los estrategas del líder justifican esta forma de hacer alegando que la crisis económica es la principal -y casi exclusiva- preocupación de los españoles. "Es ahí dónde podemos hacer más daño a Zapatero. Explicando una y otra vez que se está equivocando y que nosotros sacamos a España del atolladero en 1996 y sabemos cómo volverlo a hacer", destaca un dirigente próximo a Rajoy.

"Si hay un tema en el que nos tengamos que mojar nos mojaremos, pero si no economía y más economía", continúa, haciendo referencia al discurso de Rajoy del sábado, cuando introdujo un toque de atención al Gobierno, el primero hasta la fecha, por el conflicto del Sáhara.

Un aviso que no hizo el lunes, cuando se volvió a enfundar su diseñado traje de presidenciable y habló de su libro, en esta ocasión por la página de la reestructuración de las cajas. Y es que, según dijo, es necesario que "cuanto antes se tenga un plan definitivo de entidades viables debidamente recapitalizadas".

Unas declaraciones que hacía en la clausura del X Encuentro Financiero Internacional organizado por Caja Madrid, cuyo formato no admitía las preguntas de los informadores. Hace ya semanas que Rajoy no concede una rueda de prensa, y más de un año si hablamos de una comparecencia en la sede nacional del PP. El motivo: "si no tiene que responder a preguntas, puede hablar de lo que quiera y así no saltarse el guión" de hablar "sólo de economía".

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