L D (EFE)
La disolución del grupo se llevó a cabo a propuesta del alcalde, Alfonso Alonso (PP) y contó con el rechazo de PNV y EA, formaciones que estimaron que la medida conlleva un "deterioro democrático". Según lo aprobado, los tres ediles de la suspendida Batasuna pasan a integrarse en el Grupo Mixto, creado recientemente a tal efecto, y no podrán realizar actividades propagandísticas, instalar signos, o utilizar espacios o elementos identificativos con los nombres de HB, Euskal Herritarrok o Batasuna.
Además, el Ayuntamiento retendrá las cantidades que en concepto de subvenciones existan a favor del grupo municipal suspendido, disponiendo su ingreso en la cuenta del Juzgado Central de Instrucción número cinco, como dispone la resolución judicial dictada por Garzón. Por parte del PP, el teniente de alcalde, Javier Maroto, opinó que la suspensión del grupo municipal de Batasuna es una cuestión de "higiene democrática" y emplazó a los nacionalistas a que si no están de acuerdo con la medida que la recurran en los tribunales. "ETA a partir de hoy en Vitoria va a dejar de tener representación política en este pleno, y eso es higiene democrática y un paso más para evitar que se dé cobertura política e ideológica a la perpetuación del terrorismo como sistema de coacción", defendió.
Desde el PSE-EE, Patxi Lazcoz, reprochó a Batasuna su "falta de coraje político" para "plantarle cara a ETA" y opinó que mientras no se enfrenten a la organización terrorista "no son merecedores de representar en un ayuntamiento a los ciudadanos que no apoyan a ETA". "Como nunca les hemos oído condenar a ETA, no sabemos si les apoyan o no", por tanto, "¿no les importará que nos defendamos con las reglas del juego democrático?", preguntó Lazcoz.
Por contra, el portavoz del PNV, Manuel Allende, se opuso a "eliminar" a un grupo municipal y advirtió de que, la suspensión de Batasuna "no se ajusta a derecho" porque "supone permitir que una mayoría elimine derechos de una minoría". Durante el debate, el alcalde tuvo que llamar la atención en repetidas veces a la concejala del grupo suspendido, Eva González de Heredia, e incluso suspender por unos minutos el pleno para obligar a que la edil retirara un cartel, en euskera, en el que se leía "Adelante Vitoria. Fascistas Fuera".
Además, el Ayuntamiento retendrá las cantidades que en concepto de subvenciones existan a favor del grupo municipal suspendido, disponiendo su ingreso en la cuenta del Juzgado Central de Instrucción número cinco, como dispone la resolución judicial dictada por Garzón. Por parte del PP, el teniente de alcalde, Javier Maroto, opinó que la suspensión del grupo municipal de Batasuna es una cuestión de "higiene democrática" y emplazó a los nacionalistas a que si no están de acuerdo con la medida que la recurran en los tribunales. "ETA a partir de hoy en Vitoria va a dejar de tener representación política en este pleno, y eso es higiene democrática y un paso más para evitar que se dé cobertura política e ideológica a la perpetuación del terrorismo como sistema de coacción", defendió.
Desde el PSE-EE, Patxi Lazcoz, reprochó a Batasuna su "falta de coraje político" para "plantarle cara a ETA" y opinó que mientras no se enfrenten a la organización terrorista "no son merecedores de representar en un ayuntamiento a los ciudadanos que no apoyan a ETA". "Como nunca les hemos oído condenar a ETA, no sabemos si les apoyan o no", por tanto, "¿no les importará que nos defendamos con las reglas del juego democrático?", preguntó Lazcoz.
Por contra, el portavoz del PNV, Manuel Allende, se opuso a "eliminar" a un grupo municipal y advirtió de que, la suspensión de Batasuna "no se ajusta a derecho" porque "supone permitir que una mayoría elimine derechos de una minoría". Durante el debate, el alcalde tuvo que llamar la atención en repetidas veces a la concejala del grupo suspendido, Eva González de Heredia, e incluso suspender por unos minutos el pleno para obligar a que la edil retirara un cartel, en euskera, en el que se leía "Adelante Vitoria. Fascistas Fuera".