L D (EFE)
En su sentencia, la sección segunda de la sala de lo penal de este tribunal condena a Etxebarria como autor de un delito de asesinato terrorista y le impone además la obligación de indemnizar con 240.400 euros a los herederos del fallecido en concepto de responsabilidad civil. El tribunal considera probado que "Mortadelo" formó parte entre 1991 y 1993 del grupo “Madrid” de ETA y que "había elegido realizar un atentado contra un militar, en este caso el coronel del Ejército de Tierra Félix Manuel Carrasco", mediante la colocación de una bomba-lapa en su coche, aparcado en la glorieta del puente de Segovia de Madrid.
Según la sentencia, "el 23 de marzo de 1992, probablemente auxiliado por otras personas no identificadas, posiblemente otras dos, en la madrugada de ese día, colocó un artefacto de ese tipo, compuesto por aproximadamente dos kilogramos de explosivos, accionado por un dispositivo de movimiento, adherido mediante imanes bajo el asiento del conductor del automóvil".
La resolución prosigue diciendo que "sin embargo, no fue el militar elegido, sino su hijo, Juan José Carrasco, el que sobre las 9 horas del 23 de marzo se subió al automóvil y lo puso en marcha, produciéndose la explosión del artefacto al comenzar a moverse el coche (...), lo que produjo la muerte inmediata del joven".
La prueba fundamental sobre la participación en los hechos del acusado, arrestado en Francia el 12 de febrero de 1996 y extraditado a España el 20 de febrero del año pasado, es un documento escrito en euskera en el que explica la forma de colocación y las características del artefacto utilizado.
El escrito, intervenido al etarra Miguel Ángel Gil Cervera cuando fue detenido cerca de París en junio de 1992, fue sometido a pruebas caligráficas que pusieron de manifiesto "la coincidencia de letras con otro documento en el que firma como Mortadelo y cuya autoría fue explícitamente reconocida por el acusado". El pasado 2 de julio, la Audiencia Nacional había absuelto a Etxebarria y a la ciudadana alemana Petra Elser de la acusación de pertenencia a banda armada, ya que ya habían sido condenados en Francia por asociación de malhechores, equivalente a ese delito.
Según la sentencia, "el 23 de marzo de 1992, probablemente auxiliado por otras personas no identificadas, posiblemente otras dos, en la madrugada de ese día, colocó un artefacto de ese tipo, compuesto por aproximadamente dos kilogramos de explosivos, accionado por un dispositivo de movimiento, adherido mediante imanes bajo el asiento del conductor del automóvil".
La resolución prosigue diciendo que "sin embargo, no fue el militar elegido, sino su hijo, Juan José Carrasco, el que sobre las 9 horas del 23 de marzo se subió al automóvil y lo puso en marcha, produciéndose la explosión del artefacto al comenzar a moverse el coche (...), lo que produjo la muerte inmediata del joven".
La prueba fundamental sobre la participación en los hechos del acusado, arrestado en Francia el 12 de febrero de 1996 y extraditado a España el 20 de febrero del año pasado, es un documento escrito en euskera en el que explica la forma de colocación y las características del artefacto utilizado.
El escrito, intervenido al etarra Miguel Ángel Gil Cervera cuando fue detenido cerca de París en junio de 1992, fue sometido a pruebas caligráficas que pusieron de manifiesto "la coincidencia de letras con otro documento en el que firma como Mortadelo y cuya autoría fue explícitamente reconocida por el acusado". El pasado 2 de julio, la Audiencia Nacional había absuelto a Etxebarria y a la ciudadana alemana Petra Elser de la acusación de pertenencia a banda armada, ya que ya habían sido condenados en Francia por asociación de malhechores, equivalente a ese delito.