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El idilio entre Moragas y 'Trini' levanta ampollas en el PP

El papel de Moragas, en entredicho de puertas para adentro. Su idilio político con Jiménez ha provocado críticas, mientras Rajoy le respalda.

Menos de 24 horas después de su intervención en el Congreso, Mariano Rajoy ha tenido que volver a dejar clara la postura del PP en la contienda bélica en Libia: apoyo cerrado al Gobierno y a la implicación por parte del ejército español. Lo ha hecho en una reunión con el Grupo Popular a puerta cerrada, en la que han estado casi todos y que se ha prologando por espacio de cerca de una hora en una de las salas de la Cámara Baja.

Este golpe seco en la mesa del líder nacional llega después de que el papel de su mano derecha en asuntos exteriores, Jorge Moragas, haya vuelto a quedar en entredicho por los suyos. Él se siente respaldado, y se ciñe a las palabras de Rajoy para advertir que nadie se atreva a moverle la silla. En los pasillos se critica que el PP no haya recordado "la traición, todavía hoy" del PSOE -y en especial de Rodríguez Zapatero- cuando José María Aznar apoyó a Estados Unidos en la guerra de Irak.

El primer argumento que utiliza el entorno tanto de Rajoy como de Moragas para defenderse de los ataques es evidente, pero a sus ojos igual de clarificador: el líder del PP no es Zapatero. Si el actual presidente estuviera en la oposición -aseguran- habría vuelto a salir a la calle como ocurrió con Irak. Otra vez a la pancarta y a las manifestaciones. Sin embargo, para bien de la imagen patria, el presidente popular ha optado por la "responsabilidad".

Así ha ocurrido en el resto de países involucrados en la intervención en Libia, explican. Tanto en Francia como en Reino Unido las oposiciones han estado al lado del presidente, a la imagen de Rajoy. "Algunos no han cerrado la herida de Irak, pero somos un partido serio" y ahora toca "unidad y más unidad".

La segunda tesis para defender este quehacer popular se centra, ya en su totalidad, en la figura de Moragas, quien mantiene una interlocución "muy fluida" con la titular de Exteriores, Trinidad Jiménez. Eso le permite, según explican, tener conversaciones sosegadas en las que incluir "alguna crítica". Todo en un ambiente relajado, con lo que consigue ver "cómo anda en realidad" el Ejecutivo.

En conclusión, "nada malo" sino al contrario. Se cogen el teléfono a la primera y Jiménez le ha mantenido informado al minuto. Así, Moragas le transmitió las dudas de la formación antes del debate en el Congreso y, al no quedar resueltas, Rajoy las hizo públicas, sin poner en riesgo –eso sí- el espaldarazo. Todo estaba calculado.

Tan afable es el trato, "siempre para bien" -insiste la versión oficial-, que las llamadas entre Zapatero y el líder del PP están siendo más de cortesía, mientras que el candidato a ministro y la titular vigente son quienes entran en el fondo de la cuestión. No descartan mantener encuentros bilaterales a fin de que la interlocución no se enfríe.

El malestar interno

Hasta aquí el entrecomillado oficial, porque ya en corrillos se denota el enfado de muchos, extremo que ya adelantó Libertad Digital a primeros de mes. En la Carrera de San Jerónimo, para empezar, son bastantes más -o por lo menos así se denominan- quienes apoyan las gestiones de Gustavo de Arístegui -también responsable de Exterior del PP- y algo más crítico con el Gobierno, según sus admiradores.

Pero, en realidad, lo que más incomoda a muchos, más a los de siempre que a los nuevos, es que se vuelva "a olvidar el pasado". Recuerdan, en este sentido, las palabras de Rajoy el pasado lunes: "No voy a entrar en otros asuntos". Y eso molesta.

"Pasamos la peor época de nuestra historia. Con sedes atacadas y dirigentes insultados y agredidos. Y ahora pasamos palabra", recuerda un diputado nacional que vivió a aquella época, y que remata: "respaldo institucional sí. Ahora, tonterías las justas".

Al hilo de esta opinión, otro colega de filas –también de la vieja guardia- se pregunta "si es que nos avergonzamos de nuestra postura entonces". "Si es así -comenta- espero que Rajoy convoque a los medios y pida perdón. Pero si cree que hizo lo correcto que levante la cabeza y no se esconda".

Volviendo a las fuentes oficiales, en la sede del PP admiten que hablar de Irak "no les conviene electoralmente". Es una fuga de votos y artillería para el PSOE, según los estrategas de Rajoy; grupo al que incluir a Moragas, coordinador de Presidencia. Y es que, y pese a que a muchos molesta, en Génova confiesan que de momento la fe del líder en el catalán "es ciega".

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