L D (EFE)
La declaración aprobada por 28 votos a favor y 22 abstenciones, las de los regionalistas, subraya que 3.000 navarros fueron asesinados "sin mediar ningún atisbo de legalidad ni formalismo alguno" en unos "actos criminales que se llevaron a cabo no sólo con el beneplácito de la jerarquía eclesiástica de la Iglesia católica, manifestada públicamente a favor del llamado Alzamiento, sino en algunos casos con su participación directa".
Esta referencia fue calificada días atrás por el arzobispo Fernando Sebastián como "injuriosa" para la Iglesia y por ello pidió que fuera modificada o eliminada, ya que de lo contrario buscaría "amparo y justicia" en las instancias competentes. El lunes, sin embargo, una iniciativa presentada por CDN para modificar el texto no prosperó y la declaración se aprobó sin cambios. En ella, junto a estas críticas a la jerarquía eclesiástica, se afirma además que en Navarra se ha mantenido con respecto a aquellos hechos "un velo de silencio" cuando "puede y debe saldar aquella tragedia consigo misma y colmar ese vacío de justicia".
La declaración, leída por el presidente de la Cámara, el socialista José Luis Castejón, indica que se persigue así "una sociedad en convivencia más justa y respetuosa de todas las ideas" porque desde ahora la ciudadanía "podremos encarar el futuro" y "sabremos extraer las correspondientes enseñanzas de la memoria histórica", en especial que "ninguna idea puede justificar tamañas barbaridades".
Las víctimas de ETA no contaban
En línea con este texto, cuya aprobación fue aplaudida por el público presente, en su mayoría de la asociación de familiares de las víctimas del 36, se sucedieron las intervenciones de los distintos portavoces hasta que cerró los turnos el presidente del Gobierno navarro y de UPN, Miguel Sanz. El presidente navarro explicó que su partido quería integrar en el texto a las víctimas de ETA "sin quitar por ello ni un ápice del reconocimiento" a las del año 36 y lo quería hacer porque las víctimas de la violencia "no admiten diferencias, lo son de la violencia y de quien no cree en la democracia".
Tras agregar que la declaración hace además una "acusación generalista" a la Iglesia que UPN no comparte, Sanz comentó que los regionalistas pretendían "aislar" a quienes no condenan el terrorismo y por eso reprochó al PSN que hubiera unido sus votos a los de la suspendida Batasuna en esta declaración, y justificó la abstención de su partido a pesar del "afecto y comprensión" para con las víctimas del 18 de julio.
Esta referencia fue calificada días atrás por el arzobispo Fernando Sebastián como "injuriosa" para la Iglesia y por ello pidió que fuera modificada o eliminada, ya que de lo contrario buscaría "amparo y justicia" en las instancias competentes. El lunes, sin embargo, una iniciativa presentada por CDN para modificar el texto no prosperó y la declaración se aprobó sin cambios. En ella, junto a estas críticas a la jerarquía eclesiástica, se afirma además que en Navarra se ha mantenido con respecto a aquellos hechos "un velo de silencio" cuando "puede y debe saldar aquella tragedia consigo misma y colmar ese vacío de justicia".
La declaración, leída por el presidente de la Cámara, el socialista José Luis Castejón, indica que se persigue así "una sociedad en convivencia más justa y respetuosa de todas las ideas" porque desde ahora la ciudadanía "podremos encarar el futuro" y "sabremos extraer las correspondientes enseñanzas de la memoria histórica", en especial que "ninguna idea puede justificar tamañas barbaridades".
Las víctimas de ETA no contaban
En línea con este texto, cuya aprobación fue aplaudida por el público presente, en su mayoría de la asociación de familiares de las víctimas del 36, se sucedieron las intervenciones de los distintos portavoces hasta que cerró los turnos el presidente del Gobierno navarro y de UPN, Miguel Sanz. El presidente navarro explicó que su partido quería integrar en el texto a las víctimas de ETA "sin quitar por ello ni un ápice del reconocimiento" a las del año 36 y lo quería hacer porque las víctimas de la violencia "no admiten diferencias, lo son de la violencia y de quien no cree en la democracia".
Tras agregar que la declaración hace además una "acusación generalista" a la Iglesia que UPN no comparte, Sanz comentó que los regionalistas pretendían "aislar" a quienes no condenan el terrorismo y por eso reprochó al PSN que hubiera unido sus votos a los de la suspendida Batasuna en esta declaración, y justificó la abstención de su partido a pesar del "afecto y comprensión" para con las víctimas del 18 de julio.
