L D (Europa Press) En un discurso en el que pasó revista a todas las prioridades de la política internacional española, Don Juan Carlos apeló a la cooperación como "pauta para combatir los males de nuestro tiempo: el terrorismo, el hambre y las enfermedades, la ignorancia y las violaciones de los Derechos Humanos, o los propios desastres naturales".
El Rey dedicó buena parte de sus discurso al terrorismo internacional. Recordó que el año 2004 estuvo "tristemente marcado por brutales atentados terroristas" que merecen "firme repulsa y condena", y mencionó los del 11 de marzo en Madrid y la sangrienta toma de rehenes en septiembre en una escuela de Beslán, en la república rusa de Osetia del Norte. Por ello, quiso recordar "a todas las víctimas del terrorismo" y agradeció las muestras de apoyo recibidas tras el 11-M que, además de un "bálsamo" para el dolor fueron "una muestra de la determinación internacional en la lucha contra la barbarie terrorista que hoy, más que nunca, reclama reforzar nuestra cooperación".
Apeló a la unidad de las naciones democráticas para afrontar este problema y los otros desafíos planteados en el seno de la comunidad internacional; y proclamó que "unidos podemos hacer frente a los grandes desafíos de nuestro tiempo. Unidos podremos también fomentar la estabilidad indispensable para promover la democracia, asegurar la paz y fomentar el progreso".
Don Juan Carlos expresó también sus condolencias y las "de todos los españoles" por las víctimas del maremoto del 26 de diciembre en el sureste asiático y pidió a los embajadores de los países afectados que transmitan a sus Gobiernos esta "aflicción" y los deseos de recuperación para los heridos.
Respaldo a la "Alianza de Civilizaciones"
Además aludió ante los embajadores la Alianza de Civilizaciones propuesta por el Gobierno, para "ayudar a derribar incomprensiones y a tender lazos de diálogo, incluyendo la necesaria cooperación en la lucha contra el terrorismo y otras calamidades de nuestro tiempo". España, dijo, como "encrucijada de culturas y religiones", quiere promover la educación y la tolerancia.
Por otro lado, el Rey quiso agradecer a los inmigrantes "que han hecho de España su nuevo hogar su contribución al progreso común" y expresó el deseo de "favorecer su integración", y al mismo tiempo "seguir luchando contra las redes ilegales que trafican con personas, vulnerando los derechos más elementales del ser humano".
También recordó que España se ha sumado a la Iniciativa contra el hambre y la pobreza lanzada por Brasil y afirmó que este asunto, como otros, debe abordarse en el marco de la ONU. "España apoya un multilateralismo eficaz y participará activamente en los debates sobre la reforma de la Organización", añadió.
Recordando que España quiere aumentar su presencia en Asia, Don Juan Carlos dedicó parte de su discurso a los escenarios tradicionales de interés de la política española, como Iberoamérica, y confió en que la próxima Cumbre de Salamanca de los días 14 y 15 de octubre "otorgue un nuevo impulso" a los proyectos de la comunidad iberoamericana. "Compartimos una unidad de lengua, valores e intereses que nos enriquece y a la vez nos obliga con la paz, la estabilidad y el progreso de toda la región", dijo.
Apostó también por que la Cumbre de Barcelona, prevista para noviembre, dé "nuevo vigor" al proceso de relaciones entre la UE y el Mediterráneo, un espacio con el que España comparte "no sólo la geografía y la historia sino también las esperanzas y los problemas".
Don Juan Carlos se refirió asimismo a la Unión Europea, empezando por dar la bienvenida a los 10 países que ingresaron en la Unión el 1 de mayo de 2004 y mencionó brevemente la Constitución europea, sólo para señalar que los españoles deberán pronunciarse sobre ella en referéndum.
Al acto celebrado en el Palacio Real asistieron, junto a los Reyes, los Príncipes de Asturias, Don Felipe y Doña Letizia, así como los Duques de Lugo y los Duques de Palma. Además de Don Juan Carlos, pronunció un breve discurso el Nuncio del Vaticano, monseñor Manuel Monteiro de Castro, como decano de los embajadores en España, que felicitó a los Reyes por el enlace del Príncipe y por el próximo nacimiento de su sexto nieto, hijo de la Infanta Cristina.
