L D (EFE) El Rey, que tuvo un recuerdo para los heridos que aún permanecen hospitalizados, insistió en que "no podemos ni queremos olvidar a todas y a cada una de las víctimas del terrorismo y a sus familias. Nos lo pide nuestro corazón de hombres de bien. Nos lo reclama nuestro deber como españoles solidarios, como hijos de una gran familia estrechamente unida a quienes más sufrieron".
En presencia de unos 300 familiares de víctimas del 11-M, el Rey explicó que la deuda con todas las víctimas del terrorismo no debe limitarse a la expresión del pesar, la solidaridad y el respeto a su memoria, sino que "debe traducirse en permanente acicate para mantener y reforzar la necesaria unidad frente al terrorismo", para combatirlo "con todos los instrumentos del Estado de Derecho".
En presencia de unos 300 familiares de víctimas del 11-M, el Rey explicó que la deuda con todas las víctimas del terrorismo no debe limitarse a la expresión del pesar, la solidaridad y el respeto a su memoria, sino que "debe traducirse en permanente acicate para mantener y reforzar la necesaria unidad frente al terrorismo", para combatirlo "con todos los instrumentos del Estado de Derecho".
Al inicio del acto, el presidente del Gobierno también dirigió unas palabras a los invitados al homenaje para recordar que el destino unió cruelmente a 192 personas llenas de futuro y de esperanzas, y que el reconocimiento a las víctimas es un "mandato" de la sociedad española. "Todos ellos siguen estando entre nosotros, pero no sólo en el ánimo de sus familiares y de sus seres más cercanos, sino que lo están también en la memoria íntima de nuestra sociedad", señaló Zapatero, quien destacó que los poderes públicos están obligados a contribuir a que el camino de las familias del dolor inaguantable al rescate nostálgico de los momentos más felices vividos en común "sea lo más corto y lo menos duro posible".
Tras la intervención de Zapatero se procedió a la lectura del decreto de concesión de las medallas al Mérito en el Trabajo, en su máxima categoría y a título póstumo a 189 de los fallecidos el 11-M (unas 20 medallas no fueron recogidas, por distintos motivos). Con la lectura de cada nombre, familiares de la víctima citada se acercaban a recoger la condecoración a la mesa presidencial, integrada por el Rey y la Reina, flanqueados por Zapatero y el ministro de Trabajo, Jesús Caldera, promotor de la iniciativa.
En las primeras filas, además de familiares también estuvieron los embajadores o encargados de negocios de representaciones diplomáticas acreditadas en Madrid de países con víctimas el 11-M. Al acto asistieron, además, el secretario general del PP, la presidenta y el alcalde de Madrid y representantes de los grupos parlamentarios.
