L D (EFE) Pese a ese hallazgo, los expertos no pueden afirmar ni desmentir que la pequeña residiese en la casa. El diario Le Figaro informa de que Guimon se inscribió en un hospital de Burdeos el 12 de julio del pasado año bajo su auténtica identidad para dar a luz a su hija. Días después la inscribió en el registro civil.
La identidad del padre de Iraty (en homenaje a un bosque del País Vasco) no ha sido desvelada, aunque los expertos en la lucha antiterrorista lo encuadran como dirigente del aparato de logística de ETA encargado de suministrar armas y municiones a los activistas de la banda.
Letona y Uzkudun fueron detenidos gracias a la alerta de los vecinos del molino de Espiens, reconvertido en casa rural, en el que vivían los dos etarras. Los vecinos habían observado extrañas idas y venidas a la casa e incluso había un carricoche delante del sitio rural en el que se habían instalado, al menos, tres desconocidos.
El caso de Laurence Guimon e Iraty no es una excepción, pues otras mujeres de nacionalidad francesa que han tenido hijos con responsables o activistas de ETA decidieron vivir en la clandestinidad o en la semi-clandestinidad junto a sus compañeros. Ese fue el caso de Conchita Iglesias que tuvo un hijo el 2 de noviembre de 1995 con José Javier Arizcuren Ruiz, Kantauri, quien fue jefe de los grupos de ETA hasta su detención el 9 de marzo de 1999 en París.
Conchita Iglesias fue detenida en febrero de 2000, en compañía del también dirigente etarra Juan Carlos Iglesias Chouzas, Gadafi. El 28 de agoto de 1998, la francesa Fabienne Tapia tuvo una niña con el ex jefe militar de ETA Ignacio Gracia Arregui Iñaki de Rentería. Los dos fueron detenidos en su casa de la localidad vascofrancesa de Bidart en septiembre de 2001.
