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Garzón, el chivatazo a ETA y su amistad con Gómez Benítez

José Manuel Gómez Benítez mantiene una estrecha relación con Garzón. Acaba de conocerse que el letrado participó en la negociación con ETA.

(Libertad Digital) Poco antes de que Gómez Benítez comenzara a ejercer su papel de negociador del Gobierno en las conversaciones con ETA, en septiembre de 2006, Baltasar Garzón regresó a España y se hizo cargo del turbio asunto, aún sin resolver, del chivatazo policial a Joseba Elosua, uno de los responsables de la extorsión de la banda terrorista.

Hasta el regreso del magistrado a España desde Nueva York, donde disfrutaba de un permiso, el juez Fernando Grande Marlaska, que dirigía la investigación sobre la extorsión terrorista, se encargó de investigar la llamada que recibió Elosua en mayo de 2006 alertándole de una inminente operación antiterrorista dirigida contra él. Elosua habló por teléfono de esa llamada con su cuñado. La conversación quedó grabada gracias al dispositivo de grabación colocada en su vehículo por la Policía y los agentes se lo comunicaron al juez.

El escándalo del chivatazo pasó a un segundo plano con la llegada de Garzón. Una de sus primeras medidas al hacerse cargo de su juzgado y de las investigaciones en curso fue excluir a la Guardia Civil de las pesquisas. Marlaska había asignado la investigación a dos equipos de la Benemérita.

Además, el magistrado tomó otra polémica medida: redactó un insólito auto exculpando a Fernando Mariscal, jefe de seguridad del PSOE, de cualquier relación con el soplo. Lo hizo después de que la investigación sobre las llamadas recibidas en el entorno del bar Faisán revelaran que una de ellas procedía desde las inmediaciones de la sede del PSOE en Ferraz. Mariscal aclaró, en su momento, que había llamado para felicitar por su cumpleaños al comisario Manuel Risco.

La investigación continúa en sus manos bajo secreto de sumario pero en estos tres años nada nuevo se ha sabido de este escándalo mayúsculo. Tampoco se habla ya de ello en el ámbito político.

Sí se ha hablado, y mucho, del magistrado en estos meses pero no sobre las materias de su juzgado que no son investigadas sino de sus discutibles actividades dentro y fuera de España. Por diversos motivos, Garzón ha estado en el punto de mira del CGPJ. Pero, quizás beneficiado por la presencia desde otoño de su amigo Gómez Benítez, voto seguro a su favor, se ha ido librando de sanciones. Por ejemplo, no tuvo consecuencias su montería con Bermejo en plena investigación del caso Gürtel. También ha disfrutado de permisos para celebrar sus conferencias.

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