L D (EFE)
Domínguez, que iba en uno de los trenes que explotó el 11 de marzo de 2004, dijo esto en una mesa redonda organizada por el Observatorio Internacional de Víctimas del Terrorismo de la Universidad San Pablo CEU dentro del seminario "La voz, la libertad y la dignidad de las víctimas del terrorismo", centrada este jueves en las víctimas de dicho atentado. "Resulta complicado expresar con palabras el tremendo dolor y desasosiego que sufrimos las víctimas del terrorismo cuando día a día nos encontramos ante oscuros intereses que pretenden que no se investiguen los hechos que rodean a este atentado", afirmó.
La presidenta de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M señaló que resulta "indignante" que aún no se conozcan los explosivos que se utilizaron en dicho atentado, e incluso, según dijo, "la autoría directa e intelectual de los hechos", lo que, indicó, "supone la deslegitimación de nuestras instituciones". En este sentido, el vicepresidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Gabriel Moris, afirmó que "la verdad de lo ocurrido se nos aleja más cada día".
Moris, que perdió a su hijo en los atentados, señaló que toda la polémica en torno a lo sucedido el 11-M se traduce en un "pérdida de credibilidad" en los medios de comunicación, en las autoridades, en la comisión parlamentaria, en el Poder Judicial, y en el poder ejecutivo en general. Por todo ello el vicepresidente de la AVT reclamó la apertura de una comisión independiente de investigación de los atentados, que se reabra el sumario y las investigaciones policiales, y la vuelta a la política antiterrorista, "cuyas leyes siguen vigentes aunque ya no se aplican", señaló.
Moris sostuvo que por todo ello desde su asociación van a "mantener la contestación social", y recordó a los asistentes al seminario que "la respuesta en las urnas" es importante, puesto que "un voto puede ser un castigo" para los partidos que les "defraudaron". Otra de las personas asistentes al seminario, Angeles Pedraza, que perdió a su hija en los atentados, aseguró que ella "todavía" no puede perdonar, y que siente rabia y odio hacia los terroristas, sin distinción de tipo, para los que pidió "que se pudran en la cárcel".
Laura Jiménez, que está en una silla de ruedas a causa de las explosiones del 11-M, recordó lo "hundida" que se sintió tras los atentados, y aseguró que quienes le ayudaron a seguir adelante fueron Irene Villa y su madre, porque ellas la "entendían". "Si no sabemos qué falló aquel día", dijo Laura, "¿cómo podemos evitar que vuelva a suceder?", señaló.
La presidenta de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M señaló que resulta "indignante" que aún no se conozcan los explosivos que se utilizaron en dicho atentado, e incluso, según dijo, "la autoría directa e intelectual de los hechos", lo que, indicó, "supone la deslegitimación de nuestras instituciones". En este sentido, el vicepresidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Gabriel Moris, afirmó que "la verdad de lo ocurrido se nos aleja más cada día".
Moris, que perdió a su hijo en los atentados, señaló que toda la polémica en torno a lo sucedido el 11-M se traduce en un "pérdida de credibilidad" en los medios de comunicación, en las autoridades, en la comisión parlamentaria, en el Poder Judicial, y en el poder ejecutivo en general. Por todo ello el vicepresidente de la AVT reclamó la apertura de una comisión independiente de investigación de los atentados, que se reabra el sumario y las investigaciones policiales, y la vuelta a la política antiterrorista, "cuyas leyes siguen vigentes aunque ya no se aplican", señaló.
Moris sostuvo que por todo ello desde su asociación van a "mantener la contestación social", y recordó a los asistentes al seminario que "la respuesta en las urnas" es importante, puesto que "un voto puede ser un castigo" para los partidos que les "defraudaron". Otra de las personas asistentes al seminario, Angeles Pedraza, que perdió a su hija en los atentados, aseguró que ella "todavía" no puede perdonar, y que siente rabia y odio hacia los terroristas, sin distinción de tipo, para los que pidió "que se pudran en la cárcel".
Laura Jiménez, que está en una silla de ruedas a causa de las explosiones del 11-M, recordó lo "hundida" que se sintió tras los atentados, y aseguró que quienes le ayudaron a seguir adelante fueron Irene Villa y su madre, porque ellas la "entendían". "Si no sabemos qué falló aquel día", dijo Laura, "¿cómo podemos evitar que vuelva a suceder?", señaló.
