(Libertad Digital) En la entrevista que Antonio Rubio realizó a Rosa, la viuda de "El Chino", ésta declaró que "estoy segura de que él no montó las bombas. Jamal era un inútil en temas de bricolaje, y mucho más para unir dos cables". De este modo, recalcó que "alguien les ayudó porque ni él ni los hermanos Oulad tenían ningún conocimiento técnico".
En este sentido, no cree que su marido fuese el autor material del atentado del 11 de marzo. Por ello, afirmó que "hasta el día de hoy nadie me ha podido demostrar que Jamal estuviera en los trenes". A pesar de ello, Rosa no negó la implicación de "El Chino" en la preparación de la masacre que se produjo en Madrid y aseguró que "no dudo de que él, después de lo que sabemos, estuviera en la logística del atentado y buscando cosas. Es decir, buscando los explosivos".
Rosa pudo hablar por teléfono con su marido cuando estaba encerrado en el piso de Leganés, en el que más tarde se inmoló junto con el resto de sus compañeros. En sus palabras, Jamal confesó a su mujer que "no podía dar un paso atrás y que tenía que ir, obligatoriamente, hacia delante. Es más, me dijo que si se entregaba lo iban a matar y que iban a explotar todos, aunque él no quisiera".
Durante la conversación entre ambos, en los que Jamal no paraba de sollozar y llorar, la viuda pudo "oír los gritos de desesperación, de pánico y de terror que salían de aquella casa. Estaban recitando el Corán, pero de forma desesperada. Aquello era una locura. No puedo asegurar que estuvieran drogados, pero tenían una subida de adrenalina increíble".