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Penas de 82 y 30 años para los etarras “Amaia” e “Insuntza” por el asesinato de Múgica

La Audiencia Nacional condena también a ambos a indemnizar conjuntamente a los herederos de Múgica.

L D (EFE) La Audiencia Nacional ha condenado a 82 años de cárcel a la integrante del grupo "Donosti" de ETA Irantzu Gallastegi, "Amaia", y a 30 años al ex dirigente etarra José Luis Aguirre Lete, "Insuntza", por su participación en el asesinato del dirigente socialista vasco Fernando Múgica en febrero de 1996.

En su sentencia, la sección tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional condena también a ambos a indemnizar conjuntamente a los herederos de Múgica con 300.506 euros e impone a Gallastegi una multa de 1.202 euros por un delito de falsificación.

Según el relato de hechos probados, uno de los autores del asesinato y ya condenado por estos hechos, Valentín Lasarte, se trasladó a Francia en agosto de 1995 junto al ex dirigente etarra Javier García Gaztelu, "Txapote", preso en ese país. Allí, ambos fueron recibidos por Aguirre Lete, quien les presentó a Gallastegi y el 21 de enero de 1996 les ordenó a los tres retornar a España para constituir el "comando Donosti" y "emprender una serie de acciones violentas contra objetivos" señalados por la banda.

Entre estos objetivos figuraba el encargo de asesinar a Fernando Múgica y "conforme a las instrucciones recibidas", Gallastegi, Lasarte y García Gaztelu se trasladaron a Guipúzcoa, donde contaban con dos pisos francos situados en las localidades guipuzcoanas de Astirraga y Andoain. "Con prontitud, los tres se dedicaron a comprobar las informaciones que sobre Fernando Múgica les había entregado Aguirre Lete" y se pusieron en contacto con el ya fallecido José Luis Gueresta para pedirle que les facilitara un vehículo y, tras conseguirlo, los etarras acordaron atentar contra Múgica el 3 de febrero de 1996.

Sin embargo, ese día, tuvieron que desistir de la acción al no aparecer la víctima, por lo que volvieron a intentarlo el 6 de febrero para lo que, al igual que la vez anterior, los tres se citaron con Gueresta para cambiar las placas de matrícula de su coche por otras falsas.

Mientras se dirigían a San Sebastián, el coche conducido por Gueresta chocó contra otro en la carretera que une Urnieta con Lasarte, pero no pararon y continuaron su trayecto hasta el barrio de Amara para discutir si proseguían con sus planes. Finalmente decidieron seguir adelante con sus propósitos y tras llegar a la calle de Arrasate, en San Sebastián, Lasarte y García Gaztelu se bajaron del coche, en el que se quedaron esperándoles los otros dos etarras.

Lasarte y "Txapote" se encaminaron a las inmediaciones de la calle del Buen Pastor donde, tras unos minutos de espera, se cruzaron con Múgica en la misma acera, por lo que inmediatamente se dieron la vuelta y comenzaron a seguirle a corta distancia. En ese momento Lasarte se colocó en la acera contraria para cubrir la acción, mientras que García Gaztelu se aproximó a la víctima por la espalda y le disparó en la cabeza a muy corta distancia, provocándole las graves heridas que le causaron la muerte.

"Tras la cobarde acción", los dos terroristas huyeron del lugar, y en ese momento Lasarte se encontró de cara con uno de los hijos de Múgica, "que caminaba con su esposa por la misma calle y había presenciado los execrables hechos, viendo a su padre tumbado en el suelo". "Ante tan dramáticos acontecimientos", el hijo de Múgica se abalanzó contra Lasarte, "tratando de reducirlo, lo que no consiguió por causas ajenas a su voluntad", ya que "Txapote" le encañonó con su pistola, gritándole: "Quieto o te tiro", tras lo cual los dos terroristas prosiguieron con su huida hasta llegar a la calle de Arrasate, donde les esperaban sus compañeros.

Los etarras se dirigieron después en el coche de Gueresta hacia la localidad de Lasarte y allí les divisó una patrulla de la Ertzaintza que comenzó a perseguirles. Los huidos, al llegar al cruce de las calles del Kalbario y del Mayor, optaron por detener el turismo en el que viajaban, "e intentar dar muerte a los agentes", para lo que rompieron la luna trasera del coche y dispararon contra el vehículo policial, por lo que los ertzainas dejaron de perseguirles.

Ante el deteriorado estado del vehículo, Gueresta decidió cruzarlo después en medio de la calzada y así consiguió que se detuviera un coche que venía en sentido contrario y, tras amenazar con sus pistolas al conductor, los etarras se apoderan del turismo y se trasladaron en él a Andoain, donde permanecieron escondidos en el piso que tenía allí el comando.

Uno de los magistrados de la sección tercera, Luis Martínez de Salinas, ha emitido un voto particular al estimar que Aguirre Lete debía haber sido también condenado por los dos delitos de atentado, robo con violencia e intimidación, de los que se ha responsabilizado únicamente a Gallastegi, por ser él quien ordenó el atentado y por tanto "aceptó todas las consecuencias de la ejecución".

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