L D (EFE)
En el auto de prisión, el juez ordena la prisión incondicional de los hermanos Ahmed y Wahhed Koshagi Kelani, detenidos en Madrid, de Hasan Al Husein, arrestado en Alfacar (Granada) y de Sadik Merizak, marroquí detenido en Benitatxell (Alicante), considerados componentes del "tercer nivel" o "célula durmiente" de la célula española de la red. Garzón expone que los cuatro se integraron en la célula española a las órdenes del responsable de ésta, Imad Eddin Barakat Yarkas, "Abu Dahdah", creada entre 1994 y 1995 y desarticulada en noviembre 2001.
Considera que el proceso de incorporación de los cuatro imputados a la célula española de la red pasa por "una labor inicial de proselitismo y adoctrinamiento; una serie de contactos personales y telefónicos constantes; aportaciones económicas y prestación de infraestructura y apoyo a militantes que puedan venir a España". Este proceso también incluye el suministro de fondos a otros miembros de la organización: traslado a campamentos de entrenamiento terrorista de Al-Qaeda; cursillos de aprendizaje de técnicas de combate; y adscripción en algún caso (Sadik Merizak, alias "Abdelrahman") a los grupos operativos como durmiente, a la espera de ser llamados para la ejecución de cualquier acción concreta".
De "Abu Dahdah" a Mohamed Atta
Asimismo, sus funciones abarcan "el apoyo económico mediante las recaudaciones de donaciones y su remisión a los puntos en los que la organización o sus miembros los precisan" o la manipulación de documentación. Según el juez, los cuatro mantuvieron contactos continuados con "Abu Dahdah" y otros integrantes de la red en España y, en algunos casos, en el exterior. En concreto, relata una conversación telefónica ocurrida el 1 de diciembre de 2000 en la que Hasan Al Husein, alias "Abu Abhud", contactó con "Abu Dahdah", poniéndose al teléfono posteriormente Sadik Merizak, quien trasladó al responsable de la célula que "la próxima reunión sería en Tarragona". El auto recuerda que en enero de 2001 Mohamed Atta llegó a Madrid y que en la segunda de sus visitas mantuvo reuniones en Tarragona con otros miembros de la célula autora de los atentados de 2001.
Respecto a Jamal Hussein Hussein, alias "Abu Ali", para el que ordena la libertad provisional con fianza de 60.000 euros, expone que sus actividades, "aunque de gravedad e importancia, no determinan en este momento y, a falta de ulteriores averiguaciones (...), la convicción de que se halla integrado en la célula, pero sí de que ha colaborado con sus miembros". El juez expone que "es cierto que la posible participación de los imputados no tiene relación directa con los hechos más graves (asesinatos, secuestros, estragos, etc) de la estructura a la que aparentemente pertenece", Al Qaeda.
Sin embargo, argumenta que esta red "sigue nutriéndose, no sólo de sus antiguas bases en Afganistán, sino también, y ahora con mayor razón, de las células durmientes de tercer nivel, por lo que debe neutralizarse la eventual continuidad delictiva de sus integrantes". Para el magistrado, "debe procurarse evitar que se produzca la sustracción de los imputados a la acción de la Justicia", posibilidad que, en este caso y "por la gravedad de la imputación, se constituye casi en una certeza", así como, "en algún caso, la posibilidad de reiteración delictiva". El auto, de catorce páginas, explica que Al-Qaeda "tiene un carácter difuso pero extremadamente letal, y que se halla extendida por todo el mundo, a través de células o grupos aparentemente autónomos que responden a las directrices locales para el apoyo, logística y adoctrinamiento".
Considera que el proceso de incorporación de los cuatro imputados a la célula española de la red pasa por "una labor inicial de proselitismo y adoctrinamiento; una serie de contactos personales y telefónicos constantes; aportaciones económicas y prestación de infraestructura y apoyo a militantes que puedan venir a España". Este proceso también incluye el suministro de fondos a otros miembros de la organización: traslado a campamentos de entrenamiento terrorista de Al-Qaeda; cursillos de aprendizaje de técnicas de combate; y adscripción en algún caso (Sadik Merizak, alias "Abdelrahman") a los grupos operativos como durmiente, a la espera de ser llamados para la ejecución de cualquier acción concreta".
De "Abu Dahdah" a Mohamed Atta
Asimismo, sus funciones abarcan "el apoyo económico mediante las recaudaciones de donaciones y su remisión a los puntos en los que la organización o sus miembros los precisan" o la manipulación de documentación. Según el juez, los cuatro mantuvieron contactos continuados con "Abu Dahdah" y otros integrantes de la red en España y, en algunos casos, en el exterior. En concreto, relata una conversación telefónica ocurrida el 1 de diciembre de 2000 en la que Hasan Al Husein, alias "Abu Abhud", contactó con "Abu Dahdah", poniéndose al teléfono posteriormente Sadik Merizak, quien trasladó al responsable de la célula que "la próxima reunión sería en Tarragona". El auto recuerda que en enero de 2001 Mohamed Atta llegó a Madrid y que en la segunda de sus visitas mantuvo reuniones en Tarragona con otros miembros de la célula autora de los atentados de 2001.
Respecto a Jamal Hussein Hussein, alias "Abu Ali", para el que ordena la libertad provisional con fianza de 60.000 euros, expone que sus actividades, "aunque de gravedad e importancia, no determinan en este momento y, a falta de ulteriores averiguaciones (...), la convicción de que se halla integrado en la célula, pero sí de que ha colaborado con sus miembros". El juez expone que "es cierto que la posible participación de los imputados no tiene relación directa con los hechos más graves (asesinatos, secuestros, estragos, etc) de la estructura a la que aparentemente pertenece", Al Qaeda.
Sin embargo, argumenta que esta red "sigue nutriéndose, no sólo de sus antiguas bases en Afganistán, sino también, y ahora con mayor razón, de las células durmientes de tercer nivel, por lo que debe neutralizarse la eventual continuidad delictiva de sus integrantes". Para el magistrado, "debe procurarse evitar que se produzca la sustracción de los imputados a la acción de la Justicia", posibilidad que, en este caso y "por la gravedad de la imputación, se constituye casi en una certeza", así como, "en algún caso, la posibilidad de reiteración delictiva". El auto, de catorce páginas, explica que Al-Qaeda "tiene un carácter difuso pero extremadamente letal, y que se halla extendida por todo el mundo, a través de células o grupos aparentemente autónomos que responden a las directrices locales para el apoyo, logística y adoctrinamiento".
