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Rajoy desoye a Aznar y sigue su libro: sólo economía en su discurso

Rajoy no toma nota del diagnóstico de Aznar. El ex presidente advirtió el martes que para salir de la crisis económica hay que "hacer frente" a la institucional. Sin embargo, los estrategas de Génova no lo comparten: "sólo economía" para alcanzar La Moncloa. Aguirre reclama un gran pacto PP-PSOE.

Rajoy no toma nota del diagnóstico de Aznar. El ex presidente advirtió el martes que para salir de la crisis económica hay que "hacer frente" a la institucional. Sin embargo, los estrategas de Génova no lo comparten: "sólo economía" para alcanzar La Moncloa. Aguirre reclama un gran pacto PP-PSOE.

Mariano Rajoy inició el curso político con un objetivo: deshacerse del traje de jefe de la oposición y enfundarse el de candidato a la presidencia del Gobierno. Un traje con el que el líder de los populares se siente cómodo, y que pasa única y exclusivamente por centrar en los asuntos económicos su discurso.

Los estrategas de Génova creen que la crisis económica es la única correa con la que azotar al Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero para alcanzar La Moncloa. Y para el resto de temas, bien están el resto.

Los ejemplos se han multiplicado durante las últimas semanas. El dieciséis de septiembre, Rajoy visitaba Melilla, aunque rehusaba polemizar con Marruecos y el Gobierno. Era su número dos, María Dolores de Cospedal, quien se quejaba de que varios ministros pusieran trabas al trayecto.

La secretaria general del PP también fue la encargada de denunciar un "Estado Policial" en España tras conocerse que Alfredo Pérez Rubalcaba situaba al comisario Juan Antonio González, hombre de su máxima confianza, al frente de las investigaciones que afectan a cargos públicos. Su jefe no tuvo empacho en guardar silencio en este sentido.

En las declaraciones a los medios que protagoniza, el jefe de los populares sólo se explaya cuando le preguntan por la crisis, que utiliza para evidenciar lo noqueado que está el presidente. Tras el Comité Ejecutivo Nacional celebrado este lunes en Barcelona, a Rajoy le preguntaron por Francisco Álvarez Cascos y Francisco Camps, pero sus evasivas sólo remitieron cuando le preguntaron por las primarias socialistas. E incluso entonces no quiso valorarlas, sino que se basó en los Presupuestos Generales del Estado para azuzar al presidente.

Y es que la consigna, asegura un alto cargo del PP, pasa porque "los socialistas se destruyan entre ellos" y Rajoy "sólo esté a lo económico y a Zapatero".

Pero entonces llegó José María Aznar y expuso ante Rajoy y la plana mayor del ‘nuevo PP’ su diagnóstico. Fue demoledor. "Oxígeno", dijo un veteranísimo. "Sin duda alguna", afirmó el ex presidente, "la crisis institucional es aún peor que la económica". Rompía así con el ideario anteriormente expuesto. Y añadía: "hay que hacer frente al daño institucional, porque sólo así podremos afrontar la crisis económica".

Este mismo jueves, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, hacía la siguiente reflexión al hilo de lo argumentado por Aznar: "propongo que nos pongamos a hablar los dos grandes partidos y utilicemos esta crisis para arreglar muchas cosas", entre otras, el estado de las autonomías.

Unas peticiones que caen en saco roto, a tenor de lo dicho por Rajoy en la que ha sido su primera intervención pública tras las palabras de Aznar. El líder de los populares atendía a los periodistas tras mantener una reunión con la junta directiva de la Confederación Española de Economía Social (CEPES) y centraba sus palabras en los temas económicos. Sólo cuando un informador le pidió, casi a gritos, una valoración por Venezuela, cambió de tercio para reclamar explicaciones al caudillo Hugo Chávez, aunque no se demoró en exceso.

"Estamos en tiempo de descuento, a esta legislatura le sobra un año" y "los últimos datos de paro lo confirman", asegura Rajoy, que se siente bien cómodo con su nuevo traje.

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