
(Libertad Digital) El informe de la Comisaría de Información de la Policía que desvela El Mundo recoge que Ayman Kalaji, el policía que llegó a ser escolta de Garzón tras pertenecer al grupo terrorista de Al Fatah, tuvo un soplo policial y sólo por este motivo se decidió, cinco días después del 11-M, a comparecer voluntariamente para reconocer que los teléfonos que se usaron en la masacre habían sido liberados en una tienda de su propiedad.
El documento de la Policía recoge que "es cierto que lo hizo en el transcurso de la investigación policial relativa al teléfono de la mochila bomba desactivada por los Tedax, y para comparecer voluntariamente tuvo que tener la información de la relación entre dicho teléfono móvil y el trabajo realizado por él en ese terminal concreto". Y matiza que "es de suponer, por tanto, como más verosímil que dicha comparecencia sería a requerimiento de los investigadores policiales".
El diario explica que "esto podría indicar que fue a raíz de su propio trabajo como policía —lo que, curiosamente, ocultó en su declaración, en la que sólo se identificó como comerciante— y por la intermediación de alguno de sus compañeros, por la que tuvo conocimiento de que la investigación podría dirigirse contra él o que eran los teléfonos que él había liberado los que se investigaban en relación con el atentado".
Ese día de la comparecencia de Kalaji, el 16 de marzo de 2004, "no había trascendido públicamente nada relevante sobre los teléfonos móviles utilizados en los atentados o sobre el encontrado en la mochila-bomba desactivada por los Tedax que pudiera justificar la comparecencia voluntaria".
