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NUEVAS CONTRADICCIONES EN LA VERSIÓN POLICIAL

Uno de los teléfonos supuestamente usados el 11-M no fue liberado en la tienda del policía Kalaji

Siguen apareciendo contradicciones en la versión policial de la que dispone el juez Del Olmo sobre el 11-M. Del sumario se desprende que uno de los teléfonos móviles activados en Morata y que podrían haber sido utilizados en las bombas de los trenes no figura en la lista de aparatos liberados en la tienda del policía Maussili Kalaji. A estas alturas, casi dos años después, no sabemos siquiera si todos los teléfonos estaban liberados. De hecho, seis de ellos siguen siendo una incógnita. La gran duda es qué necesidad había de liberar unos móviles que, según el modelo de mochila de Vallecas, activarían las bombas con el despertador.

Siguen apareciendo contradicciones en la versión policial de la que dispone el juez Del Olmo sobre el 11-M. Del sumario se desprende que uno de los teléfonos móviles activados en Morata y que podrían haber sido utilizados en las bombas de los trenes no figura en la lista de aparatos liberados en la tienda del policía Maussili Kalaji. A estas alturas, casi dos años después, no sabemos siquiera si todos los teléfonos estaban liberados. De hecho, seis de ellos siguen siendo una incógnita. La gran duda es qué necesidad había de liberar unos móviles que, según el modelo de mochila de Vallecas, activarían las bombas con el despertador.
Libertad Digital/Luis del Pino. El análisis de los datos contenidos en el sumario pone de relieve numerosas contradicciones en los datos aportados al juez Del Olmo acerca de los teléfonos móviles supuestamente usados en las bombas de los trenes. Según la versión hasta ahora conocida, en la casa de Morata de Tajuña alquilada por Jamal Ahmidan, El Chino, se montaron las bombas utilizadas en la masacre, pero lo cierto es que los repetidores de Amena sólo registraron la activación de siete teléfonos y tarjetas en la tarde del 10 de marzo. Nada sabemos, por tanto, de los posibles móviles que hubieran podido ser usados en los otros seis artefactos.
 
Supuestamente, los siete teléfonos activados en Morata habían sido vendidos por un bazar regentado por los dos hindúes detenidos el 13-M y habrían sido liberados en la tienda del policía Maussili Kalaji. Sin embargo, uno de los números de serie de esos siete teléfonos no figura en el listado de teléfonos liberados aportado a la Policía por Maussili Kalaji, lo que viene a añadir nuevas dudas al relato de los hechos. ¿Estaban liberados todos los teléfonos supuestamente utilizados en las bombas? ¿Liberó ese séptimo teléfono Maussili Kalaji? Si lo hizo, ¿por qué no figura en las dos listas de teléfonos liberados entregadas? Si no fue en la tienda de Maussili Kalaji, ¿dónde se liberó el séptimo teléfono?
 
Anteriormente ya se habían planteado diversas cuestiones que todavía nadie ha respondido, tras casi dos años de investigaciones. Para empezar, ¿hacía falta liberar los teléfonos, si no se realizó ninguna llamada con ellos, ya que las bombas se activaban por alarma-despertador? ¿Dónde se activaron los seis teléfonos que teóricamente faltan? ¿Se utilizaron verdaderamente en los trenes teléfonos móviles como iniciadores? ¿Estaban encendidos los teléfonos de las mochilas-bomba encontradas sin estallar por los TEDAX, como afirman el policía municipal que encontró una bomba en El Pozo y los policías nacionales que acordonaron el artefacto, o estaban apagados, como señalan los informes policiales y como estaba el de la mochila de Vallecas?

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