
(Libertad Digital) En un comunicado de prensa, Zaplana señaló que “cada vez que el Gobierno tiene una situación de dificultad, es apretado por sus socios de Gobierno y las consecuencias son siempre unas u otras siempre a través de cesiones y de atender las reivindicaciones y necesidades de sus socios nacionalistas”. En este sentido Zaplana ironizó y señaló que "acabaremos cambiándole el nombre al aeropuerto del Prat por el de Carod Rovira".
A juicio del portavoz popular, lo que sucede es que el Gobierno “está en un aprieto” y por ello ha lanzado en estos días “una campaña de acoso y de presión desaforada y exagerada” para “negar la evidencia” y “desviar la atención” en torno al hecho de que uno de sus militantes (Fernando Huarte), “colaborador en el grado y con la intensidad que se quiera del CNI”, se reunía con islamistas en la cárcel y en especial con el lugarteniente de Lamari. “Y nos quieren hacer creer que eso es irrelevante”, añadió.
El portavoz popular recordó que el espacio aéreo no se puede transferir, ya que forma parte de las competencias europeas, y precisó que si se trata de la gestión tendrán que aclarar en qué términos va a producirse ese traspaso, ya que el hecho de que haya unos aeropuertos que puedan ser rentables y otros que no implica que puede generarse una situación de desigualdad e ir contra los criterios de solidaridad y vertebración del territorio.
Rechazó, además, que se compare este traspaso con la cesión el de los puertos, que se hizo bajo mandato del PP, ya que además de que cada puerto tiene personalidad jurídica propia, “lo que no ocurre con los aeropuertos”, en materia portuaria la titularizad sigue siendo estatal y a través de un proceso de nombramientos se permite a las comunidades autónomas participar en el gobierno y dirección de la autoridad portuaria, sin que se produzca ningún desequilibrio territorial.
Seguirá “luchando” para que Huarte comparezca
A juicio del portavoz popular, lo que sucede es que el Gobierno “está en un aprieto” y por ello ha lanzado en estos días “una campaña de acoso y de presión desaforada y exagerada” para “negar la evidencia” y “desviar la atención” en torno al hecho de que uno de sus militantes, “colaborador en el grado y con la intensidad que se quiera del CNI”, se reunía con islamistas en la cárcel y en especial con el lugarteniente de Lamari. “Y nos quieren hacer creer que eso es irrelevante”, añadió.
“A mí me parece gravísimo, y como estoy convencido de ello, voy a seguir luchando porque esa comparecencia se pueda producir”, subrayó Zaplana, que añadió que “los pactos de silencio” y “echar tierra encima” están reñidos con los regímenes de libertades públicas, con los regímenes democráticos y con los países modernos y avanzados. “Le digo al Gobierno: ya puede dar aeropuertos, ya puede dar carreteras, dineros, ya puede dar lo que quiera que, como al Grupo Parlamentario Popular no le va a dar nada, vamos a seguir hasta el último suspiro en esta vía y en todas las incógnitas e interrogantes exigiendo que se aclare la verdad”, sentenció.
