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Germán Yanke

El ejemplo de la ciudadanía

Son ya 14 los asesinados por ETA este año, además de heridos, atentados contra bienes materiales, amenazas y chantajes. La lucha contra el terrorismo es dura y dolorosa, pero la sociedad española muestra una madurez de la que tenemos que sentirnos orgullosos. La dureza de lo que hemos vivido no ha desembocado en el nerviosismo irracional, el dolor no ha logrado abatir la sensatez. La jornada de ayer estuvo plagada de gestos en los que la condena a los terroristas y la repulsa de las actitudes contrarias a la ética social estuvieron acompañadas siempre de la defensa de las instituciones democráticas y de la confianza en las Fuerzas de Seguridad y en la Justicia, especialmente afectada por el asesinato del Fiscal General de Andalucía. Es, sin duda, la gran derrota de ETA, que no logra abatir una voluntad ciudadana que no quiere ni la cesión ante el terror ni otros medios de lucha que no sean los del Estado de Derecho.

Contrasta esta actitud, a mi juicio, con la aparición de algunos nerviosismos en donde menos debía haberlos. De un lado, aparecen en la prensa dudas sobre la eficacia policial, apuntes sobre distintas alternativas, etc. que demuestran un soberano desconocimiento de lo que es ETA, la trama que le apoya y su posibilidad de regeneración. Nada peor que presionar, aunque sea bienintencionadamente, y no respetar el ritmo y la tranquilidad con la que, policial y judicialmente, se debe perseguir a la banda y sus secuaces. De otro, algunos comentarios recelosos entre los grandes partidos españoles chocan frontalmente no sólo con lo que los ciudadanos esperan, sino con lo que éstos manifestaron ayer, como tantas otras veces, en las calles. Es hora, por tanto, de evitar nerviosismos y esa trepidación intelectual que conduce a las palabras inconvenientes. No hay otra solución que paciencia y firmeza. Se dice a menudo, pero ha de hacerse siempre.

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