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Diana Molineaux

Tendencias divergentes

La dificultad de prever quién será el ganador de las elecciones presidenciales el próximo martes no se debe únicamente a que los dos candidatos están muy igualados en el apoyo popular, sino también en las tendencias divergentes de las encuestas, según se hagan por zonas geográficas o a escala nacional.

La diferencia entre estos dos planteamientos corresponde a la distinción entre el voto popular, repartido por todo el país, y el Colegio Electoral, que distribuye entre los 50 estados y el Distrito Federal de Washington los 538 votos electorales del país. La mayoría de 270 es la que realmente determina la elección.

En estos momentos, George Bush va por delante en el voto popular nacional. Tiene una ventaja pequeña pero sólida, tanto porque se mantiene estable entre los 3 y los 7 puntos, como porque todos los sondeos coinciden en ponerlo por delante. Incluso ha mejorado en el punto más difícil, que es el voto femenino, pues uno de los sondeos, de la empresa Voter.com, lo pone este jueves por encima de Gore.

En el Colegio Electoral, en cambio, la tendencia es en sentido contrario. En estos momentos, Bush también tiene ventaja, pero mucho menos estable porque los sondeos difieren mucho y en uno de ellos tan solo tiene 1 voto más que el demócrata Al Gore, 217 a 216, mientras que otros dan a Bush más de 60 votos de ventaja, con 231 frente a 168 de Gore. En cualquier caso, muy lejos de los 270 votos que necesita para ganar la Casa Blanca.

Lo más inquietante para Bush ha de ser que los números no evolucionan en su favor, especialmente en el Colegio Electoral, donde Gore parece afianzarse lentamente en los estados indecisos que en estos momentos tienen entre 106 y 137 votos disponibles, suficientes para que cualquiera de los dos candidatos se imponga a su adversario.

Un estudio divulgado recientemente muestra que Gore puede tenerlo más fácil: proyectando los resultados de las tres elecciones anteriores en los 50 estados y teniendo en cuenta el numero de votos que le corresponden, se ve que el voto popular puede diferir del colegio electoral en una forma negativa para Bush si la diferencia es pequeña, y positiva si es grande. Por ejemplo, si Gore pierde por un punto, tendrá 298 votos electorales y tan solo quedara por debajo de los 270 de la mayoría si pierde por 2. Con una diferencia de 7 puntos, en cambio, Gore tendría 352 y Bush 442 votos.

El estudio no tiene en cuenta factores particulares en esta elección: Tennessee vota generalmente republicano, pero es el estado de Gore y esto puede pesar en los electores; la Florida también figura en las proyecciones como republicana, pero Gore se beneficia del elevado número de pensionistas temerosos de las reformas propuestas por Bush, y de la fuerte presencia judía en el estado, atraída por su aspirante a vicepresidente, el también judío Lieberman.

Estos dos casos indican que, si las encuestas son fiables y Bush gana, quizá no tenga bastante con una pequeña ventaja. El próximo martes, podría seguir los pasos de Grover Cleveland en 1888 y convertirse en el segundo candidato en la historia de Estados Unidos que pierde una elección a pesar de conseguir más votos.

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