Amando de Miguel
Las metáforas de un pueblo hambriento
Ahora somos un pueblo saciado, pero arrastramos un hambre secular. El hecho queda registrado en el habla coloquial, las frases hechas y los refranes. Para subrayar que algo es delicado decimos que “no se debe jugar con las cosas de comer”. El ideal omnívoro se manifiesta en esta divisa popular: “Lo que no mata, engorda”. Si algo se comercializa bien es que “se vende como rosquillas”. Al comensal no se le desea “buen apetito”, como en otras lenguas, sino “que aproveche”. Se supone que el apetito está bien distribuido, pero la comida puede sentar mal. Precauciones de un pueblo hambriento.
Lo más popular
-
Vídeo: Begoña Gómez no tiene límites: hasta una patronal entera -
Paloma Cuevas acude a la Primera Comunión de su ahijada Julieta, hija de Gema Ruiz -
Abascal no coge la llamada de Albares y recomienda a Sánchez "tomarse otros cinco días para lloriquear" -
Javier Milei hace rugir el Palacio de Vistalegre y llama "corrupta" a la esposa de Pedro Sánchez -
España llama a consultas sine die a la embajadora en Argentina por "las gravísimas declaraciones de Milei" sobre Sánchez
Ver los comentarios Ocultar los comentarios