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El pasado lunes estuvo con nosotros en "El Tirachinas" el ex seleccionador nacional de fútbol, Javier Clemente. Era inevitable que surgiera el espinoso asunto de la sequía absoluta de títulos que había caracterizado su paso por el equipo nacional; en un momento determinado de la conversación (no creo que fuera para justificarse, no es ese precisamente el talante que caracteriza al técnico vasco) Clemente llegó en vivo y en directo a la conclusión de que, simplemente, no existía posibilidad de ganar campeonatos de enjundia con nuestra selección.

Desconozco si pretendía referirse a las trabas que ponen algunos clubes para ceder a sus futbolistas o quizás al calendario que pretende robotizar a los jugadores y los trata como a máquinas; puede que estuviera poniendo el dedo en la yaga de la ausencia de una tradición de selección en España, pero el hecho es que dijo lo que dijo. Para Javi, como en otras circunstancias para "el Guerra", "lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible".

Otra de las vertientes que trata de razonar el hecho de que España no gane ni a las chapas es el de la "falta de carácter". Según esa teoría, que no comparto, el jugador español sería un "mingafría", un "flan" sin capacidad para reaccionar llegado el momento. Acabaríamos de golpe y porrazo con el viejo "¡A mi Sabino que los arrollo!", con el mito del futbolista racial y con bemoles que nos ha caracterizado siempre y en todo momento.

Este domingo el equipo sub-16 que dirige Juan Santisteban conquistaba en Sunderland (Inglaterra) el Campeonato de Europa. No es la primera vez que eso sucede puesto que ya se logró en cinco ocasiones anteriores. Nuestra selección se impuso en la final por 1-0 a Francia, equipo que hasta ese instante había ganado todos sus partidos sin haber encajado ni un sólo gol. Y no sólo eso: Fernando Torres –jugador perteneciente al Atlético de Madrid– acabó siendo el "pichichi" del campeonato tras haber conseguido siete goles. El domingo le tocó otra vez al equipo sub-16, pero las categorías inferiores de nuestro fútbol han demostrado en otras ocasiones que son competitivas. ¿Qué ocurre entonces? ¿Acaso se malean por el camino?

Dentro de cuatro años veremos a Sinama, Le Tallec, Debris o Colombo triunfando con su selección, ganando para Francia un Campeonato de Europa o incluso otro Mundial. Y ayer esos jugadores perdieron ante los nuestros. ¿Por qué Torres, Diego León o Melli no pueden conseguirlo? ¿Somos los mejores con dieciséis años pero no con veinte? Algo falla con nuestro sistema. Y tras lo visto en Inglaterra no es, desde luego, ni la cantidad ni tampoco la calidad de los futbolistas. Puede que "el Guerra" tuviera razón; Clemente, no.

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