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El pasado 13 de agosto se celebró el Día Mundial de los Zurdos. No sabía yo que los que comen, escriben, golpean, chutan o martillean con la mano o el pie izquierdos tenían un día para ellos solitos, pero así es. Desde mi percepción de diestro cerrado (la izquierda la tengo sólo para abrazar) nunca creí que el mundo fuera tan difícil para los zurdos, pero escuchando ayer por la noche un programa de radio saqué la conclusión de que ha tenido que ser un infierno para ellos, obligados a atarse la mano izquierda para vivir con la derecha como la "gente normal".

Durante algún tiempo, los zurdos fueron considerados los siervos de Satanás en la tierra y aún hoy en Japón (siglo XXI y todavía cambalache) el que la esposa sea zurda es motivo más que suficiente para que el marido pueda iniciar los trámites del divorcio. Oyendo el desfile nocturno de zurdos agraviados caí en la cuenta de han sido precisamente los "izquierdos" los que más me han hecho disfrutar deportivamente hablando.

Con la zurda jugaron al fútbol, por ejemplo, Johan Cruyff, Diego Maradona y Pelé. La "mano de Dios" fue la izquierda, qué curioso. ¿Alguien se imagina el fútbol sin ese "tridente"? Con la izquierda, cuando no con el pecho, la cabeza o incluso la boca, remataba también el mexicano Hugo Sánchez. Greg Louganis, mítico campeón del mundo de saltos de natación, era zurdo aunque lo que escandalizó de él no fuera eso sino que reconociera abiertamente su homosexualidad. El imbatible Mark Spitz nadaba más fuerte y más lejos con su mano izquierda.

¿Boxeo? Marvin Hagler, Pernell Whitaker y Oscar de la Hoya lanzaron sus mejores golpes con la zurda. Ahora que Michael Schumaker acaba de lograr su cuarto Mundial de Fórmula Uno se ha abierto el inevitable debate: ¿El alemán es el mejor piloto de toda la historia? Por delante siempre colocaran a un zurdo, el brasileño Ayrton Senna.

¿Baloncesto? Durante muchos años sólo hubo un blanco que realmente la supo meter en la NBA: Larry Bird también machacaba el aro con su irremplazable mano izquierda. ¿Tenis? Pensemos en un jugador genial, de una imaginación portentosa sobre la pista y con un carácter de mil demonios: John Mc Enroe también era zurdo, como lo fueron el gran Jimmy "Jimbo" Connors o Rod Laver, aquel jugador en blanco y negro que aún no ha podido superar el color. Cuando el argentino Guillermo Vilas se quitaba el chándal surgían un famélico brazo derecho y un brazo izquierdo digno del mismísimo "Popeye el marino soy..." Martina Navratilova batió todos los records posibles con la zurda.

¿Béisbol? Quienes vieron batear a Babe Ruth siguen diciendo que fue el mejor: el gordo era igualmente zurdo. Y así hasta completar un inacabable rosario de deportistas que hicieron la delicia de todo el mundo con sus manos o pies izquierdos. ¿Atarles la zurda a la espalda? Ni así podría ganarle hoy un juego al temible "Mac". ¿Me dejarían atarle también la diestra?

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