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Alberto Míguez

Sharon tenía razón

Las acusaciones que el primer ministro israelí lanzó meses pasados contra las fuerzas de seguridad e inteligencia palestinas responsables directas de crímenes y atentados contra Israel se han confirmado con la explosión de una bomba que portaba uno de los agentes palestinos y su compañero cuando se aprestaban a colocarla en las proximidades de un puesto militar israelí. Horas antes una lluvia de bombas de mano habían sido arrojadas por militares palestinos contra instalaciones israelíes. En estas condiciones resulta casi imposible creer a Yaser Arafat cuando asegura ante los medios internacionales que las fuerzas policiales palestinas se limitan a guardar el orden y no participan en la guerra de guerrillas contra Tsahal, el ejército de Israel.

Por muy buena voluntad que tenga el ministro de Exteriores, Simón Peres, cuando dialogue con el líder palestino en los próximos días para buscar la paz, le será prácticamente imposible creer lo que éste le cuente. La última prueba tendrá consecuencias para la policía y el espionaje palestinos. Sharon tiene ahora las manos libres para descargar su ira contra ambos cuerpos sin que la opinión pública internacional o nacional se lo reproche.