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Los fastos merengues van a darnos mucho juego de aquí al próximo 18 de diciembre de 2002, fecha en la que se parará el mundo para cantarle el cumpleaños feliz al Real Madrid Club de Fútbol. Está claro que Joan Gaspart no va a comulgar con esas ruedas de molino madridistas, y el presidente del Barcelona no ha esperado demasiado tiempo para iniciar la guerra psicológica contra Florentino Pérez. Como objetivo de su primera carga de profundidad ha elegido el logotipo conmemorativo del centenario. Aclaro que no soy en absoluto un experto en arte moderno, ni un fino analista de las últimas tendencias en cuanto a diseños minimalistas, pero el logo de Eduardo Arroyo tiene guasa para parar un tren: cuatro rayajos despanzurrados sobre el papel. Será, seguro, por propia ignorancia pictórica que no haya comprendido a Arroyo, como antes no entendí bien el Cobi de Mariscal o aquel Naranjito del 82 que estaba pidiendo a gritos una liposucción (así nos fue luego con José Emilio Santamaría).

Como para todo existen dos miradas distintas, Gaspart ha optado por la irónica. Y como el diseño en cuestión se puede interpretar igual del derecho que del revés, por arriba o por abajo, en vertical o en horizontal o incluso, llegado el caso, “haciendo el pino puente”, el presidente culé ha querido ver en el logotipo un homenaje encubierto a los verdaderos fundadores del Real Madrid que, según sus pesquisas, nacieron en Cataluña. Al barcelonismo le pica la implicación de la FIFA en el show madridista, como a los seguidores del Real les habría dolido que sucediera al revés. Lo malo es que no pueden rascarse sin hacer el ridículo. El club es con F.P. "políticamente correcto", y eso satisface a las más altas jerarquías de la organización futbolística mundial.

Aunque el comentario de Gaspart sea formalmente jocoso, lo que viene a demostrar en el fondo es el estado de permanente melancolía que domina al barcelonismo desde hace muchos años. Pareciera que en Can Barça lamentaran que el Real Madrid se les hubiera adelantado otra vez cuando, curiosamente, el centenario culé se produjo antes. Sigo convencido de que dentro de un año y cuarenta y un días (justo lo que falta para el 18-12-2002) surgirá de la nada un amistoso entre el Mollerusa y el Figueres; igual de convencido estoy de que Jorge Valdano mirará por encima del hombro dicho partido y exclamará algo muy parecido a esto: "Perdónales, Florentino, porque no tienen ni puñetera idea de lo que hacen".

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