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Diana Molineaux

Un alud de informaciones

Puede que Estados Unidos tarde todavía mucho en capturar a Ben Laden o a alguno de sus principales ayudantes, pero todo apunta a que tal acontecimiento está al caer. Llama la atención que en la sistemática política oficial de “mínimos informativos” practicada por el Gobierno estadounidense desde que comenzaron las operaciones militares, prensa y autoridades se lancen súbitamente a hablar sin parar acerca de los escondites del líder terrorista, las medidas de rastreo de sus principales seguidores y de la cuantiosa recompensa de 25 millones de dólares por su cabeza.

En un ambiente donde las autoridades negaron durante 24 horas largas la evidencia de las conquistas de Mazar-i-Sharif o la misma Kabul, resulta por lo menos chocante la intensidad con que se habla de la caza del enemigo público número uno de los Estados Unidos.

Todo parece indicar que en el Pentágono y el cuartel general de la CIA se están acumulando las informaciones acerca de la base (o bases) de Ben Laden y que el mayor problema de Washington en estos momentos es precisamente el alud de informaciones que le transmiten sus aviones espías, los delatores profesionales o compulsivos del lugar, los comandos aliados desplegados por Afganistán así como los agentes secretos de los países amigos. Hoy por hoy, esta montaña de papel es el mejor escondite de Ben Laden, pero es una montaña que se va derritiendo por horas.

La gran pregunta es, pues, ¿quien será más rápido, Ben Laden cambiando de refugio, o la CIA ubicándolo?