El terrorismo es la utilización de la violencia para imponer unas ideas, para obtener unos objetivos políticos. La definición cuadra de manera bien precisa a lo que ha sido la práctica de los llamados grupos antiglobalización. Ningún sentido tiene acorazar las ciudades, como se hizo en Génova, ni hacer despliegues policiales que en sí mismos ponen en evidencia que no estamos ante el ejercicio del derecho de manifestación sino ante una forma tan sencilla como evidente de guerrilla urbana, de vandalismo organizado. La legitimidad democrática de los responsables elegidos por la soberanía popular no puede adoptar la postura acobardada de veces anteriores, porque al final se ha demostrado que es peor el remedio que la enfermedad.
Desde el 11 de septiembre hay una mayor claridad en la consideración del terrorismo. Incluso la evidencia de la sintonía moral entre el talibanismo y las miasmas comunistas, con simbología anarcoide, de los antiglobalización: el mismo odio a Occidente y a los valores de la libertad. No se puede tomar como un juego la planificación de agresiones a los derechos de propiedad y a los derechos ciudadanos, ni la toma de la calle en un ejercicio de golpe de Estado virtual. La violencia no puede tomar carta de naturaleza como espectáculo para los medios de comunicación. No hay una violencia políticamente correcta. Eso sólo sería asumir groseros complejos de culpa. La Unión Europea ha de contemplar el aspecto antidemocrático y terrorista de este movimiento confuso.
Por supuesto, está ese argumento de la minoría. Sólo hay una minoría de violentos. Es un argumento recurrente. Sólo hay una minoría de violentos entre los batasunos y entre los integristas islámicos. Es, básicamente, una negación de la realidad. Lo que hubo en Génova fue una guerrilla urbana organizada. Un terrorismo puro y duro, al que cabe aplicar los instrumentos de lucha contra la violencia recientemente aprobados. Esa supuesta mayoría no violenta de los antiglobalización estará de acuerdo en que caiga el peso de la ley sobre la minoría violenta.
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