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Juan Manuel Rodríguez

¿Jura usted decir toda la verdad?

A Yisrael Cohen, defensa del Hapoel Haifa, le quieren someter al detector de mentiras. El otro día su actual equipo jugaba contra el Maccabi. El partido iba empatado a uno, resultado claramente beneficioso para el Hapoel de Tel Aviv, club en el que también había militado el citado Yisrael y del cual salió, al parecer, con cajas destempladas. Faltaba muy poco para que el árbitro pitara el final, cuando Cohen cometió uno de esos penalties que no es necesario pasar varias veces por la moviola. Ahora el futbolista israelí es acusado de deshonor bajo la motivación de la venganza, hasta el punto de que ha sido apartado del equipo. Avi Kaufman, mánager del Hapoel, le ha recomendado que pase por el polígrafo, método empleado por el Mossad con cierta asiduidad. La Federación ha abierto una investigación, y las cámaras de "Channel 5's" han grabado unas palabras del banquillo del Maccabi: "lo iba buscando".

Yo, sinceramente, sólo conozco el aparatito de oídas, y porque en su día se hizo muy famoso con un programa que presentó Julián Lago en Tele 5, justo después de las "Mama Chicho". "La máquina de la verdad", se llamaba, y por allí pasó, cobrando como no podía ser menos, hasta el Dioni. Luego he tenido ocasión de ver una película deliciosa, "El padre de la novia", en la que un psicópata (De Niro) utiliza uno de esos cacharros para arrancarle a su futuro yerno la verdad sobre si consumó o no el acto sexual con su hija. De risa. O de pena, según se mire.

Yisrael Cohen deberá limpiar ahora su honor mancillado, sometiéndose al juicio de una máquina a la que no se puede engañar fácilmente. Pero ¿desde cuando no se dice la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad en el fútbol? Si por mí fuera, le aplicaría el polígrafo a Florentino Pérez, el todopoderoso "ACS Man", para que me explicara la realidad de la recalificación de los terrenos de la ciudad deportiva, o cómo se fraguó el fichaje de Luis Figo. O a Joan Gaspart, hasta que me explicara el espinoso asunto de las comisiones. Y a Lorenzo Sanz, para que dijera lo que sabe sobre el fichaje de Anelka. Y a la totalidad de intermediarios les sometería a una terapia de choque hasta que cantaran la gallina sobre los mil y un tejemanejes del fútbol mundial. Y a los componentes en pleno de la Liga de Fútbol Profesional, para que nos dijeran qué pasa con la Hacienda pública, que finalmente parece que no somos todos.

Los directivos del Hapoel Haifa se han caído de un guindo tratando de iniciar una Cruzada en pos de la verdad, cuando resulta que aquí todo es mentira. Por cierto, que si el temible polígrafo acabara por universalizarse, ya veo a Miquel Soler temblando de miedo. El veterano defensa ha jugado en el Español, Barcelona, Atlético de Madrid, Real Madrid, Sevilla, Zaragoza, y ahora en el Mallorca. Mateo Alemany no ganaría para pilas si, llegado el caso, dudara de su palabra.

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