Menú

El fútbol constituye la clásica pirámide con una base formada por los aficionados y un vértice en el que se encontrarían directivos, entrenadores y jugadores. Como suele suceder en este tipo de organizaciones, quienes ocupan un puesto de privilegio en el vértice se distancian cada vez más de aquellos que lo sostienen en la base, hasta que llega un momento en que los problemas de directivos, entrenadores y jugadores no tienen en absoluto nada que ver con los de sus aficionados. ¿Un ejemplo?... El reportaje emitido hace algunos días por Tele Cinco. Seguro que ningún aficionado vería la conexión existente entre el fútbol y aquel desfile de golferías; no la veían porque no existe, no hay ninguna conexión.

El problema es que este tipo de “familias” tratan de anular a bocados la personalidad del individuo. A Bosman, por ejemplo, le hicieron pasar las de Caín por reclamar sus derechos. La FIFA le pasó factura a Lendoiro por cuestionar el hecho de que los clubes tuvieran que ceder a sus trabajadores a las diferentes selecciones nacionales sin rechistar, pero son los aficionados los que pagan un calendario de locos en el que sólo prima el negocio. Luego, ante la posibilidad de que una empresa privada organizara una Copa de Europa paralela, la UEFA tapó con dinero las bocas de los presidentes de los clubes más importantes de Europa. Todo el mundo sabe que el “G-14” es una entelequia, un guiñol manejado por FIFA y UEFA.

El caso es que, hoy por hoy, el fútbol constituye un valor seguro y por eso el vértice de la pirámide se permite comportamientos que no entiende el resto de la población. En el fútbol se prima el hacer un trabajo muy mal, cuanto peor mucho mejor. Me explico: a Van Gaal le echan porque lo ha hecho fatal en el banquillo del Barcelona, y sin embargo le sueltan un saco de millones de euros de indemnización. ¿Es responsable del fracaso de su equipo o no lo es? Y si lo es ¿cómo podemos explicar a los aficionados que le paguen tanto dinero? Los niños ya no quieren ser bomberos o toreros, ni siquiera futbolistas sino entrenadores o intermediarios con licencia FIFA.

Por eso tengo que reconocer que me alegro mucho cuando sale alguien que cambia el paso. El Comité Técnico de Entrenadores echa chispas porque Piterman se quiere sentar en el banquillo del Racing de Santander. Será divertido observar quién le pone el cascabel a este gato que tuvo que salir de Ucrania para no morirse de hambre. Por cierto: ¿quién examina a los que examinan dentro del Colegio de Entrenadores?

En Deportes

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal