Los planes de introducción de la informática en la enseñanza siempre se centran en astronómicas inversiones en equipo informático y en el uso de estos aparatos para mejorar la metodología de aprendizaje. Resulta sorprendente que no se incluya en estas discusiones una opción mucho más barata que permitiría tener a mejores profesionales del ramo y a que nuestros niños tuvieran una comprensión más sencilla e intuitiva en el manejo de los adelantos técnicos.
La base científica de la "ingeniería" informática no es nada más, ni nada menos, que la lógica matemática. Esta ciencia estudia cosas como la acotación de los problemas solucionables o la demostración automática de los mismos. Sin embargo, su base es mucho más sencilla y se centra en la modelización "a mano" del lenguaje natural en formulaciones rigurosas y la solución de pequeños problemas así planteados. Es una rama fácil de aprender y muy entretenida si se enseña bien; al fin y al cabo abundan libros de matemática recreativa que, en muchos casos, no son más que la aplicación de estas técnicas.
Cuando se habla de que los ordenadores tienen millones de transistores no se suele aclarar que las operaciones básicas que realizan dichos transistores son operaciones lógicas simples: el "no", el "y" y el "o". Toda la informática es un enorme castillo construido bajo esos cimientos. En mi experiencia como profesor de programación, la comprensión adecuada de la lógica matemática suele acompañar a un buen desempeño profesional en este campo.
Y, mientras tanto, el estudio de esta disciplina en la enseñanza secundaria se reduce a un tema en clase de filosofía, normalmente reducido a Aristóteles y los silogismos. Perdónenme los pedagogos y políticos por meterme en su terreno, pero pienso que deberían estudiar la inclusión de la lógica dentro de los programas de matemáticas tan pronto como sea posible a los estudiantes digerirla.
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