Es perfectamente lícito sustantivar un adjetivo cuando el sustantivo queda eludido, pero se adivina. Así, un “musical” es claramente un “espectáculo musical”. Cuando se dice que un coche se ha accidentado en “la nacional VI” todo el mundo (es un decir) sabe que se refiere a una autovía. El inconveniente se presenta cuando se abusa de ese artificio. De esa forma, el lenguaje se hace cansino. Si se habla de fútbol, el “mundial”, sin más, es el “campeonato o torneo mundial”. Ahora se prodiga mucho lo de “la Champions”, que es el adjetivo sustantivado de la “liga de campeones”. En la jerga política el abuso que digo es continuo: el Constitucional, el Supremo, las generales. Los enterados captan en seguida los sustantivos eludidos. Pero, si uno no está muy metido en política, ese modo de hablar resulta harto confuso. Se prueba, una vez más, que el lenguaje está también para dificultar la comunicación y el entendimiento. La cosa es ponérselo difícil a un extranjero.
El adjetivo sustantivado
0
comentarios
Servicios
- Radarbot
- Curso
- Inversión
- Securitas
- Buena Vida
- Reloj Durcal