La semana bursátil que acaba de concluir ha sido muy interesante y la jornada del viernes espectacular, con la duplicación de la subida del Ibex 35 en los cinco minutos que dura la subasta de cierre de la sesión. El lunes, el mercado empezó demandando una corrección para recuperar fuerzas con las que atacar los 7.000 puntos. Pero no hizo falta que bajara hasta el soporte de los 6.600. Encontró las energías que necesitaba en los datos macroeconómicos de Estados Unidos que se han publicado esta semana, mejores de lo esperado, que hablan del inicio de la recuperación económica. Gracias a ello, el índice selectivo del mercado español se dio la vuelta el mismo lunes en cuanto abrió Wall Street para terminar con una ligera ganancia; el miércoles superó los 7.000 puntos y, aunque el jueves los perdió, el viernes los recuperó con creces para cerrar en los 7.081,8 puntos, el máximo de este año y muy cerca de los 7.192,8 que constituyen el máximo de los doce últimos meses.
La cara que presenta el mercado, por tanto, sigue siendo alcista, y por muchas razones. De entrada, la semana que acaba de concluir se ha caracterizado por el aumento de volumen de negociación cuando el Ibex subía y por el escaso volumen de dinero cuando bajaba, uno de los signos más claros que puede haber de tendencia alcista y que se reforzó con la fuerte subida del viernes (2,5%), día en el que sólo tres valores cerraron en rojo a pesar de que en esa sesión hubo ‘triple hora bruja’ (vencimiento de opciones sobre el índice, futuros y opciones sobre acciones). Además, el dólar está recuperando parte del terreno perdido en los últimos meses frente al euro hasta el punto de que la semana que acaba de concluir ha sido la mejor para la divisa estadounidense desde julio de 2002, síntoma claro de recuperación de la economía norteamericana. Y, como dice un viejo ‘adagio’ del mercado, cuando el dólar sube la Bolsa sube. Asimismo, los modelos de valoración del mercado de valores respecto a los bonos señalan que, con los precios actuales de la renta fija, el Ibex tendría que terminar el año ni más ni menos que en el entorno de los 9.000 puntos.
Por supuesto, esto último puede resultar un escenario muy optimista pero no habría que descartarlo así como así. El Ibex 35 todavía no ha llegado a la resistencia de los 7.200 puntos y ya la mayor parte de sus valores directores, sobre todo Telefónica, han roto resistencias importantes al alza. La situación en Latinoamérica también está mejorando y sus divisas se están recuperando del desplome del año pasado. Si ahora los resultados empresariales del segundo trimestre, que empezarán a presentarse a partir de julio, confirman la mejora de las perspectivas económicas con cifras que hablen de aumentos de facturación, entonces podemos ir a un tercer trimestre espectacular en Bolsa. Hay analistas que ya están considerando seriamente esta posibilidad y diseñando su estrategia teniéndolo en cuenta. Es posible que tengan razón, sobre todo porque habitualmente la Bolsa adelanta en seis meses el comportamiento de la economía, aunque en esta ocasión no lo ha hecho debido a tantas decepciones derivadas del estallido de la burbuja de las tecnológicas y de los escándalos contables y a las incertidumbres que suscitó la guerra contra Irak. Por consiguiente, los precios de las acciones aún no han descontado la recuperación, aunque empiezan a hacerlo. Si los resultados empresariales dan la razón a los optimistas, el tercer trimestre en Bolsa puede ser espectacular.

¿Empieza el espectáculo?

En Portada
Servicios
- Radarbot
- Curso
- Inversión
- Securitas
- Buena Vida
- Reloj Durcal