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Alberto Míguez

El coronel y el buen terrorista

Aunque la mona se vista de seda..El coronel Gadafi ha visitado con pintoresca solemnidad Bruselas y las instituciones europeas para dar lecciones al presidente de la Comisión, a Mr. Pesc (Javier Solana) y a los diputados belgas.
 
Lección principal: origen y justificación del terrorismo. El terrorismo es resultado del “desequilibrio mundial” (sic). El terrorista es un individuo que “se ve obligado a defenderse para recuperar sus derechos por medios brutales al no disponer de otros”. Increíble, pero cierto.
 
Gadafi fue a Bruselas para reconciliarse con la Europa que tanto aborrece y desprecia. Lo hizo a invitación del gobierno belga y del presidente de la Comisión Europea, a quien llama “camarada y hermano”. Pero sobre todo desembarcó en la jaima instalada en el jardín del castillo donde se hospedaba para explicar a los pánfilos europeos la originalidad del régimen libio, los “comités populares”, el “libro verde” y demás invenciones. Le acompañaban, como siempre, una escuadra de macizas amazonas que, según dice, son sus protectoras.
 
¿A quién temerá Gadafi, quién puede amenazarlo? ¿De quién lo defienden las amazonas? No serán, desde luego, los terroristas a quienes subvencionó, protegió y promovió durante muchos años. Tampoco la oposición democrática libia que o está en la cárcel o ha huido al exilio. Es poco probable también que amenacen al dictador los familiares de las víctimas de aquellos aviones que hizo estallar sobre Escocia y el desierto del Teneré: los calló con dinero contante y sonante tras largas y penosas negociaciones. El muerto (la víctima) al hoyo y el vivo (el familiar) al bollo.
 
Resulta obsceno, inconcebible y escandaloso que un terrorista como Gadafi haya logrado la respetabilidad internacional simplemente porque prometió destruir ciertas armas o frenar sus instintos más elementales desde el crimen político al genocidio. El telón de fondo de tal “recuperación” es mucho más rudimentaria: Libia es un mercado esperanzador, un inmenso depósito de crudo y gas natural, una tierra de promisión para empresarios, mercachifles y demás fauna.
 
Americanos, británicos, italianos y..españoles (ya no está “el amigo Aznar” a quien aconsejó el coronel que no se retirara y después le regaló un caballo: ¿qué ahabrá sido del equino?) corren ahora en orden disperso hacia Trípoli para disputarse contratos y regalías. Eso y no otra cosa explica la presencia en Bruselas del coronel.
 
En cuanto al terrorismo, nada excluye que vuelva a las andadas. Nada excluye tampoco que un día el veleidoso coronel vuelva a subvencionar a irlandeses,vascos,chechenos, filipinos, bosnios y demás familia. Las tesis expuestas en Bruselas no sólo favorecen esta posibilidad, incluso la justifican.

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