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Rubén Osuna

Una decisión trascendente

Finalizados los exámenes de selectividad muchos alumnos preparan la matriculación en la universidad. Quiero aprovechar la ocasión para invitarles a reflexionar un poco antes de "echar el sobre". La universidad española está muy mal (he escrito sobre esto en otras ocasiones). Buena parte del profesorado no alcanza ni siquiera unos mínimos. Yo mismo noté que mis profesores del bachillerato eran mejores profesionales que los que me encontré dando clases en la universidad (hace de esto casi quince años ya). Uno no se entera muy bien de lo que pasa hasta que abandona la Facultad con el título bajo el brazo. Algunos no se enteran nunca. Yo me di cuenta del fraude de que fui víctima tiempo después, cuando descubrí que había empleado 5 años de mi vida en adquirir una formación lamentable que me llevó bastante esfuerzo completar después.
 
Yo estudié Ciencias Económicas. El plan de estudios era un despropósito, con un buen número de asignaturas insustanciales que sólo existen en este santo país (más insensatas que la astrología). Pero incluso las más interesantes eran impartidas en general por un profesorado que no sabía lo que se traía entre manos. Jamás habían publicado un trabajo científico, que es un paso más allá de la frontera del conocimiento, y que por tanto implica conocer el estado actual de la cuestión. Lo más que sabían de la materia era lo que habían leído en el trasnochado manual de turno, es decir, poco más que el alumno y no por mucho tiempo. Y aún eso en los mejores casos. No es de extrañar, visto desde hoy, que la macroeconomía que yo estudié fuera la que se enseñaba en Estados Unidos 20 o 30 años atrás. Líneas enteras de investigación que habían nacido y se habían desarrollado y madurado hacía ya una o dos generaciones nos eran completamente desconocidas cuando pagábamos las tasas para obtener el título de Licenciado.
 
Bien es verdad que muchos sólo quieren el trozo de papel con la firma del Rey para poder opositar o para entrar en la penosa rueda de "prácticas" presuntamente formativas en empresas privadas. Si ese es el objetivo, muy bien, adelante. Pero uno puede exigirse más a uno mismo y esperar algo mejor. Si volviera a tener 18 años yo no lo dudaría.
 
En este país no tenemos tradición como demandantes de formación de calidad, que puede llegar a ser determinante para el futuro de una persona. No se puede acceder a una formación de postgrado exigente (por ejemplo, en alguna de las excelentes Escuelas de Negocios) sin una buena base, y es esa capacidad para diferenciarnos la que decide la vida profesional que nos espera y las posibilidades de elegir que tendremos. Recomiendo a los futuros estudiantes que se informen bien y que hagan un esfuerzo por tratar de acceder a los mejores centros, aunque eso suponga gastar más dinero o desplazarse a otra ciudad. En Estados Unidos, por ejemplo, hacer ranking de todo es casi un deporte nacional. Pero está claro que si uno va a emplear los mejores años de su vida estudiando, y va a gastar una suma importante, quiere obtener a cambio el mayor rendimiento posible, y éste no es el mismo si uno estudia en el centro A o en el B. En España muchos piensan que no hay grandes diferencias entre los centros y que no hay grandes diferencias tampoco entre el futuro profesional de quienes estudian en unos u otros (por eso no hay buena información sobre la calidad de las universidades), lo que sólo es cierto para la medianía, que lamentablemente es mayoría. Pero, aunque sólo unos pocos, sí hay centros excelentes radicalmente distintos de los demás; y la buena formación es un salto cualitativo decisivo, y lo será cada vez más.
 
Puedo hacer algunas recomendaciones para quienes piensen en estudiar Economía o Dirección y Administración de Empresas (ya comenté un poco el temaaquí). Más que consejos ofrezco alguna información sobrerankingde centros españoles en función de la calidad y la cantidad de la investigación que se hace en ellos. Vean estapágina webdonde se discute y explica cómo se construyen esas clasificaciones. No tengo información equivalente para otras disciplinas (la mayor parte de las "guías" de carreras universitarias que se venden por ahí no hacen mención alguna a estos índices de calidad, y por tanto no sirven para nada). Se ha observado en distintos estudios una estrecha relación entre la calidad de la docencia y la calidad de la investigación, de manera que rara vez se tiene lo primero sin lo segundo. Saquen sus propias conclusiones y tomen esta decisión como lo que es: una decisión trascendente que les marcará la vida. No se dejen engañar. No lo consientan.

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