Advertía el otro día del peligro cierto que corríamos todos de que al grupo conocido como los "ocho de Oxford" le diera por pensar. Pues bien, la máquina infernal diseñada en su día por Ángel Villar ya se ha puesto en funcionamiento y de ella puede surgir cualquier cosa. Parece que el próximo jueves es el día elegido por los oráculos para hacer público el nombre del nuevo seleccionador nacional y, por las imparables noticias que han empezado a surgir en los mentideros futbolísticos, nos podemos temer lo peor. Luis Aragonés (el único que queda "vivo" de esa terna ideal que componían además Javier Iruretagoyena y Vicente del Bosque) va perdiendo enteros, surgiendo con fuerza los nombres de Benito Floro y Víctor Fernández. Dios nos coja a todos confesados si sale el primero, y en cuanto al segundo no es que sea muy pronto para él, sino que es prontísimo.
¿Por qué están tratando de hacerle la cama a Luis?... En su día, y con idénticos negociadores por medio, se filtraron malintencionadamente informes médicos que desaconsejaban la contratación del entrenador. Después de todo aquello -incumpliendo incluso la palabra que le dio a Manuel Ruiz de Lopera de retirarse definitivamente- Luis ha demostrado que está en condiciones para desarrollar su profesión. En la Federación dicen que Luis se ha postulado para el puesto... ¿Sólo Luis? ¿Es que Villar piensa rechazar precisamente a aquellos entrenadores que muestren públicamente su ilusión por llegar al banquillo de España? Que yo sepa, Luis sólo ha respondido a la pregunta que le han hecho los periodistas. Como hicieron antes que él Míchel, Luis Fernández, Juande Ramos, Del Bosque o el propio Irureta. Pareciera que el fin que persiguen los "ocho de Oxford" no fuera encontrar al mejor seleccionador posible sino al más silencioso o al único en quien no hubiéramos pensado previamente los periodistas para llegar a ese cargo. Es decir, quieren ser originales. Lo dicho, echémonos a temblar hermanos.
Si Villar elige finalmente como seleccionador al mismo entrenador que, según confesión de algunos futbolistas del Real Madrid, les hizo desnudarse en el vestuario para que cantaran todos juntos un villancico como terapia, eso querrá decir que no quiere ganar las elecciones de octubre. Parece que al presidente de la Federación le ha sentado a cuerno quemado enterarse por terceros de que Luis habló con Gerardo González, su enemigo a batir en dicho proceso electoral. Vuelve a creerse que la Federación es suya y que nuestra selección también lo es. La hipotética elección de Floro sólo cabría interpretarla entonces como una declaración de guerra al más puro sentido común. Esperemos que no se confirmen las peores noticias, pero desgraciadamente Floro tiene el descaro necesario para aceptar un ofrecimiento tan rocambolesco como ese.