Si la mayoría de la socialdemocracia europea, en Inglaterra, Alemania, España, etcétera, es favorable el proyecto de Constitución europea, y en España, éste es, por lo visto, el único punto de acuerdo entre Rodríguez Z. y Rajoy, en Francia ocurre todo lo contrario. Asistimos a un violento debate y el campo del "no" aumenta cada día, sobre todo en la izquierda y extrema izquierda, pero también la extrema derecha y los soberanistas, estos antieuropeos de nacimiento.
Pero donde el debate se ha convertido en crisis, es en el seno del PS. Esta crisis se ha agravado con las últimas declaraciones de Laurent Fabius, oficialmente numero dos del partido, el pasado jueves y reiteradas ayer domingo, ambas por televisión. El jueves, resumiendo, exigió del Presidente Chirac que transforme esta constitución "liberal" en "social", o sea que la Constitución prohíba el paro, las "deslocalizaciones", que se logre una armonización fiscal europea, se garanticen los servicios públicos, que no se disminuya el presupuesto europeo, sino que se aumente, debido a todos los gastos que va a representar la entrada en la UE, de los nuevos miembros de los países del Este. En sus comentarios se manifestó opuesto a la entrada de Turquía en la UE (como Lionel Jospin, hace poco), y consideró que la regla de la unanimidad, tratándose de 25 países, era imposible de mantener.
Cabe preguntarse cómo una constitución puede crear empleo y prohibir las "deslocalizaciones" hacia países como Polonia o Hungría, miembros de la UE, y ni siquiera hacia India, pongamos. Esta es una visión perfectamente soviética de la Constitución, de Europa y de la solución de los problemas sociales y económicos, cuyos resultados son de sobra conocidos, y que además contradicen recientes declaraciones del propio Fabius, acusado de "liberal" por sus camaradas. El domingo, mantuvo su reivindicación de una Europa socialista y de una Constitución soviética, pero abandonó toda referencia a Chirac, en cambio se declaró aún más tajantemente a favor del no. Fabius sabe de sobra que Chirac ni quiere, ni puede aceptar sus iniciales exigencias, pero sus declaraciones son de uso interno, y han logrado su propósito. En unos minutos arrinconó a François Hollande, primer secretario del PS, quien después de dudarlo bastante, se decidió a encabezar la campaña del si, en su partido y en el referéndum que debería tener lugar a finales del 2005. El infeliz de Hollande ¿cómo va a enfrentarse a Fabius? Entonces busca apoyos, porque el eterno rival de Fabius, Strauss-Kahn y otros elefantes del PS, Jack Lang, Martine Aubry, Bernard Kouchner, etcétera, están indignados por las declaraciones a favor del no de Laurent Fabius. Eso no quita que éste, en pocos días se haya convertido en el líder de la izquierda anti Constitución, en su partido, en donde la oposición ya era importante, y fuera. Es divertido ver al criticado socialista de derechas, o socialtraidor, Fabius, liderar la izquierda. Es cierto que también cuenta con sólidos apoyos en el propio aparato del PS, que no son precisamente extremistas.
