Que ya se sabe todo –es la consigna–;
que ya todo está claro; que no hay duda;
que nuestra policía es cojonuda;
que no hay ni mano negra ni maligna.
Que la investigación es fidedigna;
que no hay ninguna pista que se eluda;
que si hay zonas de sombra, nos la suda;
que la sospecha es pérfida e indigna.
Lo dicen De la Vogue y Zetapé;
lo repiten Polanko, TVE
y las teles privadas (que es el colmo).
Pero el olor a pútrido es tan fuerte
que hasta puede que alcance, si es que hay suerte,
la medrosa nariz del juez Del Olmo.