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Mark Steyn

Los desequilibrados de la "desproporción"

Los medios estarán tan ocupados tratando las meditaciones de Mel Gibson sobre "los jodidos judíos" que no se molestarán con noticias periféricas de pie de página acerca de judíos realmente jodidos asesinados por ningún otro motivo que ser jodidos judíos.

"Desproporción" es el concepto de moda. ¿Sabe cómo jugar? Digamos que 150 misiles son lanzados contra el norte de Israel desde la aldea libanesa de Qana y los israelíes responden con misiles propios que matan a veintiocho personas. Guau, tío, eso es muy "desproporcionado".

Pero digamos que usted está en un municipio estadounidense del noroeste –Seattle, por ejemplo– y no ha lanzado misiles contra nadie, pero un varón musulmán se presenta de todas maneras y dispara contra seis mujeres judías, una de las cuales intenta huir escaleras arriba, pero él la alcanza, la empuja con su arma contra el pasamanos, dispara de nuevo y la mata. Se describe a sí mismo como "un musulmán americano enfadado con Israel" y dice a los agentes policiales: "Estos son judíos. Quiero que estos judíos se vayan. Estoy cansado de ser intimidado, y nuestro pueblo ser intimidado por la situación en Oriente Medio".

Bien, aparentemente eso es "completamente proporcionado", tan "proporcionado" que el suceso apenas es mencionado en los medios norteamericanos o, cuando se informa sobre él, se hace como si fuera el clásico tiroteo tras un robo. El asesino de Pamela Waechter informó a sus víctimas de que "sólo hago esto como declaración de intenciones", pero el mundo no podría estar menos interesado en su declaración, en comparación con la declaración de su abogado de que sufre "desorden bipolar". Y el tipo del FBI local, al igual que la policía montada de Toronto hace un mes o así, recita la estrofa usual nada-que-ver-con-la-jihad. "No hay nada que indique que está relacionado con el terrorismo", decía David Gómez, el asistente especial del agente a cargo de la investigación. En Estados Unidos, el terrorismo se parece a las peluquerías o las consultas de los dentistas: no existen a menos que cuenten con una licencia oficial.

Por otra parte, cuando una estrella de cine borracha es pillada in fraganti y empieza a despacharse a gusto con diversas teorías acerca de "los jodidos judíos", ¡que paren las rotativas! Eso es tan totalmente "desproporcionado" que es la mayor noticia del momento. El director de la organización judía más prominente de Estados Unidos no hablará de nada más por días sin término. Tanto él como los medios estarán tan ocupados tratando las meditaciones de Mel Gibson sobre "los jodidos judíos" que no se molestarán con noticias periféricas de pie de página acerca de judíos realmente jodidos asesinados por ningún otro motivo que ser jodidos judíos.

Por la otra parte más, cuando el líder de Hezbolá, Hassán Nasralah, anuncia que si "todos los judíos se reúnen en Israel, nos ahorrará el problema de perseguirlos por todo el mundo", eso no es ni mucho menos "desproporcionado". Cuando el presidente iraní Ahmadinejad visita Malasia y declara, con motivo del Líbano, que "aunque la principal solución es la eliminación del régimen sionista, en esta etapa debe implementarse un alto el fuego inmediato", bien, eso es solamente retórica ligeramente acalorada sobre lo que de otro modo es un resultado muy útil de un proceso de paz viable: (Etapa 1) Por favor, no continúe degradando nuestra infraestructura hasta que (Etapa 2) tengamos la capacidad de bombardearle nuclearmente.

Ahora mismo, la mejor posibilidad de Israel de tener una cobertura de prensa decente consiste en que Mel Gibson vuele hasta allí y abronque con saña a su camarero por ser "un jodido judío".

¿Qué es lo que podemos deducir de estos actos diversos, tanto los proporcionados como los que no lo son tanto? Si habla con políticos europeos, en privado le dirán que el tiroteo de Seattle será costumbre en el futuro, que de vez en cuando, en Seattle o Sydney, Madrid o Manchester, alguien morirá porque fue a un centro comunitario, porque se subió al autobús, porque se presentó a trabajar... y había un jihadista allí. Pero tienen confianza en poder mantenerlo al nivel que los servicios de seguridad británicos llamaban cínicamente, en el punto álgido de los "problemas" del norte de Irlanda, "un nivel aceptable de violencia". Por ejemplo, todo se mantendrá "proporcionado". Será difícil para los amigos y la familia de Pam Waechter, pero no habrá muchos de ellos.

Me pregunto si aciertan en ser así de complacientes. El duque de Wellington, el gran político-soldado británico, nació en Irlanda, pero al ser descrito como un irlandés, destacaba que un hombre puede nacer en un establo, pero eso no le convierte en un caballo. Así es como se sienten muchos musulmanes: simplemente porque hayas nacido en la asquerosa pocilga del mundo occidental, eso no te convierte en un cerdo. ¿A qué proporción de musulmanes les pone la jihad? Bueno, sería enormemente insensible y desproporcionado preguntar. De modo que lo reduciremos a un fenómeno aislado al igual que el presunto "desorden bipolar" del asesino de Pam Waechter.

En la lucha entre Estados Unidos y el Islam global, lo que importa es el desorden bipolar geopolítico. Claramente, de sus propias declaraciones acerca de "nuestro pueblo", para el asesino de Pam Waechter su identidad musulmana es la que trasciende en última instancia a su identidad norteamericana. Eso es lo que le conecta con lo que está sucediendo en el sur del Líbano: una identidad pan-islamista que sobrepasa a la ciudadanía nacional, ya sea en el noreste del Pacífico o en el levante mediterráneo. No para todos los musulmanes, pero sí para los suficientes como para que las cosas se "desproporcionen" bastante antes de que esto termine.

28 civiles muertos en una aldea desde la que 150 misiles Katyusha han sido disparados contra Israel no me parece "desproporcionado". Lo "desproporcionado" es la idea de que se debe permitir que la vida civil siga adelante normalmente en lo que, en la práctica, es una plataforma terrorista de lanzamiento de misiles.

Pero, cuando un ejército va a la guerra contra una organización terrorista, es como ver a los Red Sox jugar con Andre Agassi: cada parte está sujeta a su propio conjunto de normas. Cuando Hezbolá lanza misiles contra vecindarios residenciales israelíes con la intención de matar civiles al azar, eso está bien porque, después de todo, son terroristas y eso es lo que hacen los terroristas. Pero cuando, en el curso de intentar resistir a los terroristas, Israel mata civiles inintencionadamente, eso es un decepcionante acto de salvajismo.

Hablando en West Point en el 2002, el Presidente Bush observaba que "la disuasión –la promesa de una respuesta masiva contra naciones que te ataquen– no significa nada contra oscuras redes terroristas sin nación o ciudadanos que defender". Realmente es peor que eso. EnHezbolastán, las muertes de sus ciudadanos sirven para su impulso estratégico: los israelíes muertos son buenas noticias, pero los libaneses muertos son noticias aún mejores, al menos en el importante frente de batalla de la opinión mundial. La meta-narrativa, como dicen, es consistente en toda la cobertura de los medios, y el reciente fallo del Tribunal Supremo, los esfuerzos en la UE y la ONU por jugar "al árbitro honesto" entre un estado soberano y un conglomerado global genocida del terror. Todo esto mejora la posición del terror islamista y, por tanto, llevará a que haya más y aún más "desproporcionado".

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