Los franchutes odian los Estados Unidos, pero copian todo lo que puede de los USA, ya se trate de modas, de cine, de ruido, como de política. Y eso, tanto la izquierda, como la derecha. Es un decir, ya que no existe derecha en Francia. Y es así como todos lo grandes partidos organizan sus primarias para designar su candidato a la candidatura para 2007. El PS, percatándose que no tiene militantes y que sólo estos tienen derecho a votar, está organizando sus saldos de otoño: por 20 euros puedes ser miembro del PS (lo de militante ha pasado a la historia), y votar. Se puede incluso adherir al glorioso PS, por teléfono, a condición de pagar la cuota. ¿Cómo evitar las bromas telefónicas? Se preguntan algunos. Es complicadísimo, responden los militantes locales. No tanto, digo yo, basta con verificar si han pagado los 20 euros. Y nadie se indigna ante este marketing de baja estofa, que está convirtiendo su partido (no tan glorioso como pretenden, ni tan partido, desde que Mitterand se lo comió con su OPA hostil), en una agrupación de peñas de hinchas se Segolène, Jospin, Lang, etc.
También han decidido, para evitar favoritismos, dicen, organizar seis debates: tres públicos y televisados, tres internos, para que los socios socialistas tengan más claro quien será la Miss France ideal para las presidenciales. Desde Dakar (Senegal) donde nació, es hija de militar “colonialista”, Segolène Royal ha manifestado su cabreo, ante tantos remilgos y tanto debate, preguntándose si “la máquina para perder las elecciones se ha puesto en marcha”. No le cabe en la cabeza que aún pueda haber un solo socialista que no esté convencido que ella tiene que ser, por derecho divino, la próxima y primera, Presidente de la República francesa, y aún menos que algunos tengan la criminal osadía de presentarse contra ella.
Pero no nos llamemos a engaño, este jaleo, este batiburrillo con, por lo menos, seis candidatos declarados, cosa inédita, no sólo revela ambiciones personales exorbitadas, también oculta el fondo de la cuestión: el programa de gobierno aprobado por el PS, que es catastrófico: re-nacionalizaciones de las empresas privatizadas, o a medias, despilfarros gigantescos en limosnas “sociales”, aumento de los impuestos, vertiginoso aumento de la burocratización de la sociedad, economía autárquica y estatal, muerte anunciada. Cuando los herederos de Stalin avanzan a marchas forzadas por la senda del capitalismo, el PS francés dice querer avanzar a marchas forzadas hacia la política económica de Stalin.
