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José Antonio Martínez-Abarca

Yo zí zoy tonto

"Debe ser cosa de familia", dice. Nunca había oído que eso pasara en las familias de antes, por muchos abuelos masones fusilados que tuvieran.

No hay noticia de que se haya atentado tanto contra la ortografía como en el último vídeo de Zapatero desde que se inventó la carrera de periodismo, a lo menos. Recuerdo de mi juventud segunda, cuando empezaba, a aquellas desertoras de las cajas del hipermercado del Carrefour que una vez mandaron una carta al director del propio periódico donde trabajaban de machacas pidiendo que me echara. El director. No porque yo les resultara más o menos simpático o fuera más o menos de derechas (que por supuesto, aunque el periódico lo era, de derechas, digo, en la redacción los más moderados sólo eran simpatizantes de los Jemeres Rojos: el Che era de demasiado buena familia y a veces llevaba gafas de intelectual, señal de que podía sorprendérsele quizás con algún libro), sino porque me sentía culpable de ser joven e indocumentado y de no saber nada de nada, y además trataba de ponerle alguna solución.

Mis desertoras de cajeras por supuesto no leían su propio periódico, pero además las poseía una especie de ignorancia violenta que las llevaba a detestar que uno se tratase de enterar de algo. No fuera a escribir solidaridaz sin zeta. Desde aquellas vivencias no había vuelto a encontrarme cara a cara con aquella, digamos, ignorancia violenta hasta ver a nuestro presidente del Gobierno autocomplaciente, es decir, desafiante, o sea, amenazante, jurándoselas todas juntas en el nuevo vídeo "con Z de Zapatero" a cualquier forma de conocimiento del castellano, es decir, de excelencia, o sea, de humanidad. Es la verdadera revolución: ya no sentirse culpable por no saber leer ni escribir, sino reivindicarlo. "Debe ser cosa de familia", dice. Nunca había oído que eso pasara en las familias de antes, por muchos abuelos masones fusilados que tuvieran.

En realidad, el vídeo de serie Z del presidente Rodríguez no es más que la inversión de la conocida y agresiva publicidad de los grandes almacenes de tecnología Mediamarkt: "Yo no soy tonto". ¿Están seguros los propietarios de esa cadena que los tiempos están para elogiar listos que jamás le comprarían a ZP un iPod usado?

Para los ingenieros de almas del actual Gobierno no es algo despreciable, la tontuna. Se puede ser analfabeto, y hasta se debe ser, a condición de ser simpático y de poder contarlo con una sonrisa. Se puede y se debe ser tonto a condición de ser acertar todas las respuestas en el concurso "progre" del otro vídeo, el de las juventudes del PSOE. Por la ignorancia violenta hacia la igualdaz. ¡El sueño por fin realizado de mis cajeras o mis peluqueras recicladas en periodistillas resentidas! Y además se debe saber como no se puede decir que uno es tonto. Jamás correctamente. Porque también nos debe venir de familia o debe ser cosa de la provincia de Valladolid o bien de León. Se va a detectar a la media España sacrificable por la ortografía, como en el treinta y seis se detectaba a los señoritos porque usaban sombrero. Yo zí zoy tonto. ¿Pazzza?

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