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María Clara Ospina

La dignidad de la adopción

Los chinos, limitados por ley a un solo hijo, prefieren a los varones, así que, en no pocos casos, dan en adopción a sus hijas. En China, las adopciones están bien reguladas, lo que no ocurre en otras naciones.

Quien adopta abre su corazón a un niño, le da un hogar y lo hace partícipe de su vida, creando para él o ella, todas las posibilidades que tendría un hijo genético. De igual manera, ese niño traerá a sus padres adoptivos la riqueza que aportan los hijos, sus alegrías y sus derrotas, su compañía y una relación que durará hasta la muerte.

Adoptar es, sin lugar a dudas, una acción amorosa, que será puesta a prueba mientras se tenga y se críe al hijo. Recuerdo, hace unos años, estando de visita en Guangzhou, cómo me extrañó ver en venta, en el lobby del hotel Cisne Blanco, decenas de coches y utensilios para bebés. Más me sorprendí al ver en el comedor, prácticamente en cada mesa, una pareja de occidentales con un bebé oriental. Entonces me enteré de que ésta era la ciudad preferida por parejas extranjeras para adoptar niñas chinas.

Los chinos, limitados por ley a un solo hijo, prefieren a los varones, así que, en no pocos casos, dan en adopción a sus hijas. En China, las adopciones están bien reguladas, lo que no ocurre en otras naciones. Hace poco, algunos países del "tercer mundo" han suspendido las adopciones internacionales por acusación de robos de niños y otras atrocidades cometidas por supuestas agencias sin escrúpulos, que buscan hacer un buen negocio de una adopción, no importa cómo la logren.

Más de 40.000 niños son adoptados anualmente en el mundo y su demanda crece. Muchas parejas de los países desarrollados están dispuestas a pagar altos precios para obtener un niño. En este proceso tan sensible y tan cargado de emociones, las parejas deseosas de encontrar un hijo son presa fácil y los delincuentes se aprovechan de ellos.

No todos los niños que se adoptan son huérfanos. Muchos han sido dados en adopción por la imposibilidad de sus padres de cuidarlos. Tal vez una madre muy joven o soltera, o un padre viudo buscan una familia que pueda dar una vida mejor a su hijo. Es una difícil, pero admirable decisión.

Colombia se ha caracterizado por la seriedad de su sistema de adopción. Fundaciones como La Madre y el Niño son ejemplo de dignidad y respeto por los niños y los padres adoptantes. Admiro a todos los que participan en este proceso, un verdadero acto de amor y humanidad, en el mejor sentido de la palabra

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