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Hacia el "socialistés"

La jerga politiquesa o socialistesa no consiste tanto en nuevas voces como en dar un sentido nuevo a las antiguas. Lo fundamental es dejarlas caer muchas veces en una conversación o en el discurso.

Rebel dijo el día 25 de Abril de 2009 a las 22:52:

Señor de Miguel:
Precisamente la alteración del lenguaje común, lo que pone de manifiesto es la voluntad de manipulación de la realidad. A través de ese sutil cambio -ya que se realiza poco a poco hasta imponerlo como incontrovertible- se busca la influencia en las capas más bajas de la sociedad y cuya capacidad intelectual es inferior. No porque sean más duros de "entendederas", sino porque tienen pereza para dedicarse a la reflexión, ya que sus ocupaciones diarias no les dejan tiempo o bien éste sería un tiempo malgastado e inútil, ya que reflexionar no sirve para nada práctico como el comer, el ganar dinero o el hacer carrera. De ahí también se deduce que estudiar fuera de las edades adecuadas para ello, que en las clases bajas terminan a los quince años, es una verdadera pérdida de tiempo que podría dedicarse a otra cosa.
Aunque deliberadamente he utilizado el término "clase baja", ha sido como muestra de un fenómeno que aquí, en España, es tradicional y cosustancial a nuestra sociedad: El fomento de la incultura. En efecto, desde la expulsión de los judíos por los Reyes Católicos, la masa popular ha creído siempre que hay que ir a lo práctico y dejarse de adornos universitarios que unicamente sirven para distinguir a los "señoritos" de los humildes, pero prácticos, campesinos. Ayer obreros, hoy clases medias.
Es corriente ver por la calle a un ejecutivo bien "trajeado" llevando bajo el brazo un glorioso periódico deportivo. Igual de común es la costumbre de leer aquella prensa que "tradicionalmente" nos representa, sin ejercer el menor asomo de crítica.
Es imprescindible en nuestra sociedad entender de fútbol y de política partidista, ornamental y figuradamente representativa, pero cuando surge un tema de fondo importante siempre surge la terrible frase centenaria: "¿Y eso para qué sirve?" y como no encontramos la respuesta sigue aumentando la distancia entre el mundo civilizado y nuestra incivilización. Pero, eso si, es nuestra incivilización y de nadie más y en ella tenemos razón y nuestra razón de ser y de estar en un país inculto como pocos, donde un señor importante puede hablar públicamente y aparentar que dice alguna cosa, cuando no dice nada y, además, pronunciar mal las palabras más sencillas y desconocer las complejas.
Este, creo, es el marco en el que cabe entender el intento de un neolenguaje social, cuya finalidad será sin duda distinguir a los unos de los otros. Según te afilies o no.
No tiene nada que ver con la comunicación en sí, sino con la creación de un elemento de identificación, segregación y dominación.
Es mi opinión, claro.

paserifo dijo el día 25 de Abril de 2009 a las 21:40:

Hola.

No estoy de acuerdo con la asociación diáglogo = acuerdo, pacto. Ciertamente, Zapatero prometió diálogo, no pactos. No hacen otra cosa que hablar y hablar sin ninguna voluntad de hacer pacto alguno, pues pactar implica ceder en alguna posición u opinión para lograr un bien mayor que satisfaga a todos (un bien más importante que llevarte la razón, evidentemente). A tal punto de engreimiento han llegado que ya ni siquiera dialogan, monologan y a veces pasan a balbucear como los locos. Di que en el Ministerio de la Oposición tampoco es que tengan una buena conversación (en términos retóricos o estéticos).

En todo caso, la situación actual de España ya no me parece una anomalía histórica, una broma de pesada o una travesura. Esto empieza a adquirir tonos de drama, de tragedia inclusive.

Habría que hacer algo. Que se reúnan los antifranquistas antizapateristas para manifestarse a favor de un cambio de raíz (o sea, radical) en la política española: necesitamos más libertad y menos Estado, que aunque ahora se llame “Comunidades autónomas” no deja de ser lo mismo, se mire por donde se mire.


Salud y adiós

narabanc dijo el día 25 de Abril de 2009 a las 00:27:

Saludos D.Amando. Su interesante artículo me trae a la memoria una jerga de palabras y frases, de los tiempos de los tecnócratas.
Se podía construir un discurso que daba el pego, pero que no "decía nada", o sea que dejaba al personal mas bien frío y con una cara extrañada.
No se si podría Vd., para nuestro deleite, hacer una mezcolanza de aquello y esto y dejarnos patitiesos.
Salud.