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Abucheos

Para muchos españoles el Sr. Rodríguez Zapatero ha sido un pésimo gobernante pero incluso sus más ardorosos enemigos debieran tener en cuenta cuando le insultan en un acto institucional que todavía es el presidente del Gobierno de España.

berdonio dijo el día 19 de Octubre de 2010 a las 13:31:

Las instituciones no se deslegitiman ni desprestigian por los abucheos de nadie, sino que obtienen la reprobación popular cuando previamente se han desacreditado ellas solitas. Bien es verdad que tal reproche ciudadano puede ser inmerecido, pero entonces lo procedente es defender, argumentando, la reputación injustamente cuestionada. Pero pretender que lo correcto es aparentar a toda costa un ficticio prestigio institucional como si fuera un fin en sí mismo es el colmo de la desfachatez y una rotunda complicidad con la corrupción política. Eso es matar al mensajero; equivale a establecer que el mal no está en el crimen sino en el hecho de denunciarlo. Pues no; dar cobertura a la iniquidad con la excusa de evitar el escándalo es afianzarla, y conminar a medir las consecuencias de oponerse al desafuero, un recurso muy viejo del inmovilismo más trasnochado que se sirve de veladas amenazas disfrazadas de prudentes advertencias: amparar la corrupción y el crimen de estado al socaire de evitar erosiones institucionales apesta de lo manido que está ya como cínica defensa de la tiranía y soslaya desvergonzadamente que las instituciones están para servir al pueblo y no al revés.

Abuchear es un "espontáneo"(sic) desahogo tan primario y decoroso como aplaudir. Manifestar aprobación o rechazo civilizadamente no es lamentable ni grosero sino un derecho cuando se paga el espectáculo, tan frívolo como un partido de fútbol o tan trascendente como el gobierno de una nación; y recuerdo que la civilización comenzó cuando se prefirió insultar a atizar con la cachiporra. Negarse a comulgar con ruedas de molino puede no ser una heroicidad, pero callarse por mor de la jerarquía o el lucro sí que es de cobardes y de zorras serviles. Ojalá fuera cierto, no caerá esa breva, que una simple pitada produjera daños irreparables a las venales instituciones de esta falsaria democracia, así verían algo reducida su capacidad destructiva, pero por poco que sea es mejor que nada, y, a juzgar por la reacción de la escandalizada servidumbre, ésa es la buena dirección

Dice este sujeto, muy lacayuno, que ZP todavía es el presidente del Gobierno de España. Que se ponga él firme y se arrastre cual gusano si lo desea, que otros no acatamos tan rancios discursos de sumisión al poder en pro de absurdas jerarquías delincuentes.