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Guillermo Dupuy

Basagoiti contento con sus "cuernos"

Hay algo peor que incumplir un pacto y es, habiéndolo cumplido, contribuir a convertirlo en una farsa. Claro que peor que las palabras de Basagoiti es el silencio de Rajoy.

Días antes de apoyar la investidura de Patxi López, el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, manifestó su temor a que el nuevo lehendakari le "pusiera los cuernos" poco después de la "noche de bodas". Lo cierto es que ese temor de Basagoiti ya estaba entonces plenamente justificado viendo las veces que López había dejado en evidencia durante la campaña electoral su disposición a pactar con el PNV, por no hablar de las cosas que el dirigente socialista vasco dijo e hizo durante el mal llamado "proceso de paz", que tan justificadamente hicieron "helar la sangre" de la madre del asesinado Joseba Pagazartundúa.

Hasta tal punto estaba motivado el temor de Basagoiti a que los socialistas le pusieran los cuernos que si no es por la negativa del PNV a un pacto con el PSC que no conllevara la conservación de la presidencia del Gobierno vasco en manos nacionalistas, Patxi López jamás hubiera buscado el apoyo de los populares vascos a su nombramiento. Pese a ello, desde que PSE y PP firmaron su supuesto "acuerdo matrimonial", López no ha hecho otra cosa que coquetear con los nacionalistas; y no sé si desde "la noche de bodas" o durante "la luna de miel", pero, en cualquier caso, sí 24 horas después del apoyo del PP a su investidura, manifestando en la SER cosas como la de que "tengo al PNV en alta consideración" o la de que "la paz es el objetivo y si tengo que arriesgar, arriesgaré".

Desde entonces, Antonio Basagoiti ha permitido pacientemente que López siga flirteando con el PNV con la excusa –sólo hasta cierto punto admisible– de que se trata de una especie de "mal menor" que evita entregar a los socialistas a los brazos del PNV. El problema está en que, desde que López saliera públicamente en defensa de la repugnante y supuestamente delictiva relación entre Eguiguren y el etarra Josu Ternera, y desde que se ha tenido constancia de que el PNV tenía un pacto con el PSOE por el que a los proetarras de Bildu se les permitiría finalmente permanecer en las instituciones –cosa que el propio Patxi Lopez había valorado positivamente–, a lo que hemos asistido, más que a un flirteo, es a un "encamamiento" entre los socialistas y los nacionalistas vascos.

Ante el espectáculo de pillar a tu supuesto "cónyuge político" en la cama con otro, lo que no se puede, bajo ninguna excusa, es responder como lo ha hecho Basagoiti este lunes: "Jamás romperé el pacto. Porque yo cumplo lo que firmo y porque los pactos sólo los puede romper los que los incumplen, jamás el que los cumple".

Por mucho que Basagoiti se haga el bobo, cosa que suele suceder cuando uno se pasa de listo, la cuestión no es ésa, sino si el PP da oficialmente por roto el pacto que como es obvio han roto los socialistas al manifestarse Patxi Lopez favorablemente a que Bildu estuviera en las elecciones, o al saberse que había un compromiso de Zapatero con el PNV en ese mismo sentido; compromiso que han hecho realidad –como el propio Basagoiti ha denunciado– "los seis jueces nombrados por el PSOE que les han firmado (a los proetarras) un crédito sin ninguna garantía".

Y es que hay algo peor que incumplir un pacto y es, habiéndolo cumplido, contribuir a convertirlo en una farsa. Claro que peor que las palabras de Basagoiti es el silencio de Rajoy.

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