Semprún fué, yo le he conocido algo, un monumento a la egolatría y con eso se explica casi todo.
En Francia ejerció de español tremebundo y comecuras y más tarde en España, de intelentual afrancesado .
Su obra literaria es notable aunque muy escorada por su afectación ferozmente individualista.
Supo hacerse su hueco en París y explotó a modo sus innegables dotes de enfant terrible.
En cuanto a su comportamiento en el campo de concentración, no deja de ser el típico comportamiento del comunista coloborador, que se presta a lo que sea menester con tal de sobrevivir, aunque sea en detrimento de su propia dignidad.
En pocas palabras:
No fué SS porque no nació en Berlín.
Sr. Domínguez, ni usted ni nadie que no haya pasado por un campo de concentración puede criticar a Semprún por haber sido kapo. ¿Está seguro de que usted no habría hecho lo mismo? Era jovencísimo cuando entró, unos 22 años. ¿Quién no ha sido cobarde y egoísta a los 22 añitos?
La cita de Hessel, de creer a ese "farsante", sólo demuestra que los comunistas participaban en la administración y se protegían entre ellos, cosa que Jorge Semprún no ha ocultado (véase " Viviré con su nombre, morirá con el mío"). Pero no se le puede endilgar por eso la típica imagen del Kapo que maltrataba a los demás prisioneros, que yo sepa no hay testimonios en ese sentido.
En cuanto a militar en el PC, etc., pues mire, como mucha gente que ahora se considera superdemócrata y liberal. ¿Qué pasa, que hay que perdonarle a Pío Moa su pasado de terrorista (yo creo que sí, dado su evidente arrepentimiento, dado que fue amnistiado y dado su rechazo no sólo a la violencia sino a la ideología totaltaria que la justificaba) y a Jorge Semprún no se le puede perdonar nada?
A mí me parece que Semprún era mucho más moderado, por lo menos estos últimos 20 años, que muchos de los que escriben y comentan por aquí. A diferencia de muchos progres él sí leyó "Archipiélago Gulag" y en consecuencia estaba tan en contra de ese totalitarismo como del nazismo.
Finalmente, creo que su obra merece todos los elogios que recibe. Y si dudo si los que le critican habrían sido mejores que él en el campo de concentración, sí estoy segura de que son peores que él como escritores. Un poco de envidia, quizá.
Amadeus, afirmas sin tapujos que la gente es tan simple que parece tonta, la gente miente en aquello que le da beneficio y nunca en aquello que no lo hace, asi cualquiera miente si ha robado y le interrogan, pero sólo los locos o los idiotas lo harían para incriminarse.
Además todo el mundo sabe que no hay nada mejor como incorporar pequeñas verdades en una gran mentira para hacerla más creible.
Si bien es cierto que ninguno de nosotros sabemos cómo vamos a reaccionar en situaciones límite, y estar prisionero en un campo de concentración lo es. No es menos cierto que actitudes como la de Semprún no pueden ser loables. Por culpa de la presión, por instinto de supervivencia, por mucho que quizá nosotros hubiéramos hecho lo mismo, no se puede negar que hay posturas nobles, moralmente encomiables y otras que no lo son. Y la de Semprún no lo fue. Y partiendo de esa perspectiva el artículo del Sr. García Domínguez sólo señala una verdad innegable.
¡ qué tropa! que Semprún y otros pasen como demócratas ...
No se si algún día encontraré respuesta a estas preguntas que me hago continuamente:
¿qué hubiera sido de España en el 36 si no hubiera habido un militar que hubiera evitado la maravillosa revolución que nos tenía reservada esta gente?
¿que hubiera pasado si despues de la guerra Franco hubiera al poco tiempo entregado el poder a esta gente?
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Pero por favor, piensen y contesten con realismo...
Hasta un farsante puede decir la verdad o una posible verdad. Y los otros tener el derecho a conocerla.
Esto de criticar a los muertos es de persona virtuosa y valiente. Y que le conste que Semprún no era santo de mi devoción. Pero mi único paso por la izquierda, exclusivamente como votante, allá por el 82, lo tengo oculto en mi biografía por considerarlo un acto indecoroso. Usted, creo que, aún se vanagloria de aquel paseo clandestino por el PC. Es decir que usted también atacó a la dictadura en la defensa de otra dictadura. Usted también se ha pasado media vida atacando a la democracia. Como Semprún.
Leí esta noticia en la versión digital de mi ciudad.
Todo eran alabanzas.
Puse en los comentarios que también había zonas oscuras en su biografía-como en todas, incluída la de Pepe García Domínguez- pero me los censuran, todos.
La palabra Kapo no puede figurar por lo visto.
Luego puse que era un héroe de las libertades, y ahí sigue el comentario.
Me asombra un poco el que este columnista se valga del testimonio "indignado" Hessel -a quien calificaba hasta hace un par de meses como "farsante" (17-04-11)- para considerar "probado" el papel de Kapo de Jorge Semprún en el campo de concentración. ¿En qué quedamos? Si yo pienso que alguien es un farsante, no doy credibilidad a nada que diga o escriba. Si doy credibilidad solo a lo que me conviene, entonces el farsante soy yo.
En todo caso, digo lo mismo que dije en otro comentario. ¿De verdad tenemos autoridad moral para juzgar a Jorge Semprún? Quienes convivieron con él en el campo de concentración, tal vez la tuvieran. Los que no hemos vivido esa experiencia solo podemos condenarle desde el fariseísmo más burdo.
Arra, por supuesto que la actitud de Semprún en el campo de concentración no es loable, pero es comprensible y, en todo caso, no es criticable desde la comodidad de alguien que está detrás de su teclado con aire acondicionado.
Me gustaría ver cómo reaccionarían muchos de los que aquí critican esa actitud si estuvieran en un campo de concentración. Es muy fácil dárselas de ecuánime cuando uno nunca ha estado en situación desesperada.
Yo he estado en terremotos y huracanes e incluso tuve un accidente de tren (que me dejó secuelas), pero admito que nada puede compararse con un campo de concentración.